Revista Varela http://revistavarela.uclv.edu.cu

Vol. 21, Núm. 58, enero-abril de 2021, pp. (10-21) ISSN: 1810-3413

La lectura crítica en la universidad

image

Critical reading in the university

Alfredo González Morales, gonzalezmoralesalfredo@gmail.com

Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Escuela de Lengua y Literatura, Quito, Ecuador.
ORCID: 0000-0002-3334-8110


Palabras clave


Lectura
Alfabetización crítica

Adquisición de
conocimientos

Educación superior

Resumen: El aumento de informaciones con diversos enfoques epistemológicos,
ideológicos, culturales y científicos recaban del desarrollo de la lectura crítica en la
universidad. Generalmente, los alumnos que ingresan a la educación universitaria
poseen poco desarrollo de las habilidades lectoras, en particular del nivel de
comprensión crítico. Ante esa realidad la universidad debe desarrollar la lectura crítica,
para lo cual ha de recurrir a diferentes fuentes cuyas posiciones no sean homogéneas
con la finalidad de que los alumnos dialoguen, reflexionen y asuman alternativas
sustentadas. En el presente artículo se han expuesto y fundamentado ideas sobre la
relación pensamiento crítico-lectura crítica y la lectura en la universidad. Se propuso
cómo enfocar y desarrollar la lectura crítica en la universidad en el contexto actual, la
que ha de trabajarse en las siguientes direcciones: textos científico-académicos, lectura
en internet, lectura de Wikipedia y lectura de los medios de comunicación masiva.



Keywords


Reading n
Critical literacy

Knowledge acquisition
Higher education


Cómo citar:


Abstract: The increase in information with various epistemological, ideological, cultural
and scientific approaches is based on the development of critical reading in the university.
Generally, students entering university education have little development of reading skills,
particularly at the level of critical understanding. Faced with this reality, the university
must develop critical reading, for which it has to resort to different sources whose positions
are not homogeneous in order for students to dialogue, reflect and assume sustained
alternatives. In this article, ideas about the critical thinking-critical reading relationship
and reading in the university are presented. It is proposed how to focus and develop critical
reading in the university in the current context, which has to be aimed to the following
directions: scientific-academic texts, reading on the internet, reading Wikipedia and
reading mass media.

González A, (2020). La lectura crítica en la universidad. Revista Varela, 21(58), 10-21.
Recibido: agosto de 2020, Aceptado: noviembre de 2020, Publicado: 1 de enero de 2021


Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba 10

INTRODUCCIÓN

El pensamiento crítico representa un nivel superior del desarrollo del pensamiento. Su rasgo más
relevante lo constituye la independencia, su no supeditación automática a los pensamientos de otros. Se
resiste a transitar por las rutas de razonamiento y entendimiento de los fenómenos y la realidad ya
trazados, sin una previa reflexión personal que pueda conducir a dudar, concordar o disentir. El
pensamiento crítico no es maniatado, sino libre; implica tener una mente abierta, pensar por sí mismo;
rehúsa a creer sin cuestionar, sin interrogar. Pero, a la vez, constituye una libertad no festinada, carente de
argumentos que sustenten la posición asumida.

Paúl y Elder (2003) arriban a la conclusión de que el pensador crítico es aquel que formula problemas y
preguntas vitales con claridad y precisión; acumula y evalúa información notable y llega a conclusiones y
soluciones, probándolas con criterios y estándares relevantes. Todo este proceso se realiza y comunica
desde posiciones de humildad intelectual.

El pensamiento crítico es una de las metas de toda formación educativa y de todo estudiante, al
favorecerle el desarrollo de la capacidad para indagar en diferentes discursos, y darle criterio para
establecer razonamientos propios frente a temas académicos. Es decir, le permite tener una postura
abierta ante los distintos enfoques y valoraciones y no conformarse a priori con algunas de ellas.

La lectura crítica presupone aplicar al proceso lector los principios y caracteres del pensamiento crítico, y
considerar al mismo tiempo las particularidades textuales, el proceso de generación de los textos y la
situación del lector. Ahora bien, leer críticamente constituye un nivel superior de lectura en el que con
anterioridad se necesita haber transitado por un nivel de comprensión literal o de traducción y un nivel de
interpretación o inferencia.

El nivel de comprensión literal consiste en captar lo que dice el texto, lo que se encuentra expresado en
sus líneas y poder comunicarlo con nuestras palabras. La localización de ideas e informaciones, causas y
consecuencias y la realización de resúmenes pertenecen a este nivel. Por su parte, mediante el nivel de
interpretación se establecen deducciones y relaciones de lo expresado en el texto; se produce cuando a
partir de lo dicho se realizan abstracciones que conducen a obtener nuevas informaciones no explícitas,
pero factibles de deducirlas porque el texto -unido a nuestra experiencia y conocimientos- nos ofrece esa
posibilidad.

El nivel crítico requiere una posición de independencia y autonomía frente al texto, la cual se encontrará
en relación con la formación que posea el lector, tanto en cultura general como en sus competencias
lectoras. A la lectura crítica se arriba de manera gradual, y esta gradualidad no solo depende de cómo se
ha enseñado académicamente el proceso de leer, sino que intervienen otras variables colaterales, entre la
que se encuentran si se recibió una formación académica general que estimuló la polémica, el
cuestionamiento, la apreciación de los fenómenos desde diversas aristas, la sustentación de puntos de
vista y la autonomía de pensamiento.

A la vez, el contexto en que se desenvuelve el lector influye sustancialmente en la valoración crítica de los
textos. Cuando el sujeto se encuentra en un ambiente dogmático, que frena las alternativas en la
evaluación de los fenómenos, al imponérsele ideas y zanjar la discusión, de alguna manera se obstruye el
desarrollo de su pensamiento crítico y, por consiguiente, la lectura crítica. En conclusión, el nivel crítico
constituye:

[…] una de las formas de lectura más exigentes y complejas que podamos imaginar, a causa tanto del
exhaustivo grado de interpretación del texto que requiere como las habilidades y conocimientos previos
que debe tener el sujeto para poder realizarla.
(Cassany, 2003, p. 120)

Pensamiento crítico y lectura crítica son competencias que se construyen y alcanzan altura durante toda
la vida; no se dan espontáneamente, sino que requieren entrenamiento. Un entrenamiento que trasciende
la actividad en soledad y se inserta en la discusión colectiva con la finalidad de confrontar con los demás.
La lectura crítica trasborda lo puramente textual, la comprensión de lo expreso en el texto y de su relación
con el autor; en ella intervienen otros elementos relacionados con la generación del texto y de su
recepción por parte de los lectores. Precisando, al concebir la lectura crítica hay que considerar: el
contexto de la generación del texto, el texto, el autor y el lector.

El contexto de la generación del texto. Son las circunstancias o entorno en que se escribe el texto, las cuales
comprenden desde las sociales, políticas, económicas, espirituales hasta las relacionadas con las


Revista Varela, 21(58), 10-21 | ene-abr 2021 | ISSN: 1810-3413 | Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba 11

A. González | La lectura crítica en la universidad.

personales y familiares del autor. Las circunstancias en que se genera el texto de alguna manera lo afectan,
por lo que su conocimiento debe tenerse en cuenta en el momento de la lectura.

El texto. Al analizar la instancia texto hay que identificar su tipología, porque según su naturaleza se
comunican los mensajes, así como qué lector modelo se construye a través de su estrategia discursiva y
pragmática. En el texto, asimismo, hay que considerar los argumentos o explicaciones que se esgrimen,
qué otros discursos le sirven de apoyatura -ya citados o que se puedan vislumbrar sus ecos- para
sustentar sus planteamientos y cuáles amonesta o soslaya. Lo anterior se encuentra muy engarzado con el
lector modelo que se prefigura y las estrategias discursivas que emplea para interactuar con él
(Cassany,
2003).

Cuando se lee críticamente, como se expresó atrás, se arranca de la comprensión de lo que se dice, de
poder traducir, establecer relaciones e inferencias de su contenido. Ahora bien, hay que tener en cuenta
que ningún discurso es neutro, siempre emerge desde determinada perspectiva, y esta subjetividad de que
es portador resiente la objetivad aun en aquellos casos que se desee obviarla.

El autor. La instancia autor es necesario analizarla a partir de las relaciones que mantiene con el contexto.
Un autor comprometido con la situación social, económica, política, aunque esta no sea la más
reconfortante, puede presentarnos una visión edulcorada, cordial, esgrimirla como una posibilidad
estimable; sin embargo, otros autores ante la misma realidad pueden presentar una visión totalmente
diferente. Cuando se lee de manera crítica un texto se impone dirimir quién es su emisor, para valorar por
qué adopta una u otra postura y el mundo al que invoca.

El lector. El lector, en su función dialógica con el texto al hacerlo funcionar, tendrá en consideración que al
igual que el texto él también está situado en un contexto, que tiene una biografía particular y una
formación que mediatizan la comprensión. De la misma manera que el texto no es neutral, su comprensión
tampoco será neutral; estará influida por su cosmovisión particular, proclive también a ser modificada por
los efectos que pueda provocarle el propio texto.

El lector crítico no acepta con docilidad la propuesta literal del texto, ni absolutiza los posibles
desentrañamientos de sentidos ocultos; se distancia de él y adopta un pensamiento reflexivo que le
permite interrogarlo, indagar su génesis, formularle hipótesis, contrastarlo con otros discursos, evaluarlo,
para finalmente arribar a sus propias conclusiones. Para lograr lo anterior se requiere que el lector sea
portador de una competencia cultural que le facilite un adentramiento en el texto desde posiciones
fundamentadas, apoyadas en la tradición cultural. En la medida que un lector posee más cultura podrá
realizar una lectura crítica más profunda, por lo que es posible la existencia de diferentes niveles de
lectura crítica.

El texto se actualiza en cada acto de lectura, su abertura no es tal que pueda entenderse deliberadamente.
La actualización surge de lo expresado y lo aportado por el lector; se tendrá en cuenta el lector modelo
prefigurado y ayudado a construir por el propio texto
(Eco, 1993) así como el lector real que coopera,
dialoga, con él para darle un significado desde lo personal y abrir nuevas perspectivas de continuidad y
ensanchamiento, mediante refutaciones, interrogantes y alternativas de propuestas que lo desbordan y
enriquecen.

En consecuencia, leer es:

[…] dotar de significado todo aquello que se lee: es una interpretación comprensiva de lo que se
descubre en la lectura a partir de la propia realidad del sujeto, de su cultura y del contexto de lectura.
Así, se incorpora lo leído al propio esquema del lector, valorando reflexiva y críticamente la
información.
(Hoyos y Gallego, 2017, p. 27)

En suma, la lectura como acto de revivencia, o mejor, de nueva vida, encuentra un momento de plenitud
cuando se aborda desde un nivel crítico.

Las precisiones anteriores son válidas para cualquier tipología textual y no solo para los textos literarios o
aquellos que se ubican en sus fronteras como el ensayo, las cartas, diarios, etc. También son lícitas para los
textos científico-académicos y de otros tipos, siempre y cuando se adecuen a su naturaleza.

LA PROBLEMÁTICA DE LA LECTURA EN LA UNIVERSIDAD

Moreno (2019), en su artículo Lectura académica en la formación universitaria: tendencias enexpone cómo las investigaciones sobre la lectura en la universidad han experimentado un
creciente avance en las últimas décadas. Lo anterior obedece a que los estudiantes que ingresan a la



Revista Varela, 21(58), 10-21 | ene-abr 2021 | ISSN: 1810-3413 | Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba 12

A. González | La lectura crítica en la universidad.

universidad no poseen el suficiente desarrollo de las habilidades lecturales que les permitan asumir las
nuevas exigencias del proceso de aprendizaje. El desfasaje existente entre la realidad de comprensión de
lectura que traen los estudiantes y los requerimientos planteados por las diversas disciplinas
universitarias produce una grieta que entorpece el normal desarrollo del proceso de enseñar y aprender.
Deviene así una preocupación de los docentes, por lo que buscan soluciones científicas ante el problema
de la lectura en los estudiantes.

Una de las mayores dificultades de lectura consiste en que ante la proliferación de informaciones diversas

-por bases epistemológicas, ideológicas, culturales, concepciones científicas-, resulta pobre o nulo el nivel
crítico de lectura. Además, la lectura y la escritura en la universidad al mismo tiempo que deben
continuarse desarrollando como una competencia genérica, se abordarán también como el modo de
inserción en una comunidad científico-profesional específica, con sus modos particulares de comunicarse
a través de la lectura y la escritura, como se viene plantando en Inglaterra desde los años 70 y
posteriormente en Estados Unidos, América Latina y otros países.

Así aparece el concepto de alfabetización académica, que según Carlino (2005) señala:

(…) el conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las
disciplinas, así como las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender en la
universidad. Apunta de esta manera, a las prácticas de lenguaje y pensamiento propias del ámbito
académico. Designa el proceso por el cual se llega a pertenecer a una comunidad científica y/o
profesional. (p. 410)

Como bien apunta Carlino, la alfabetización académica pretende insertar al estudiante en los modos de
pensar, leer y escribir en el contexto de una comunidad científico-profesional determinada, lo que ha de
lograse mediante el propio desarrollo curricular de las diferentes carreras. En este sentido, es necesario
considerar que no puede existir una alfabetización académica acabada si el estudiante no posee la
competencia de leer críticamente. Es decir, que acepte los mensajes que portan los textos, sin adoptar una
actitud dialógica y asumir o elaborar una propia perspectiva.

En la actualidad, cuando se habla de lectura académica y alfabetización académica hay que considerar que
aparecen nuevas fuentes de conocimiento, tales como el internet, la Wikipedia y los medios de
comunicación, los cuales, si bien no deben obviarse, sí deben enseñarse cómo abordarlos desde un nivel
crítico.

Partiendo de esta problemática, el presente artículo realiza una reflexión sobre la lectura crítica y hace
una propuesta para su desarrollo en la universidad. Para su elaboración se ha seguido el siguiente
procedimiento: determinación de la temática; puntos de vista encontrados en la bibliografía sobre el tema;
interpretación y precisión de la posición del autor del artículo; presentación de todas las ideas,
argumentos y reflexiones de forma coherente y arribo a conclusiones
(Coy, 2016, según cita el Centro de
Escritura Javeriano, 2018).

El método de investigación empelado fue el interpretativo-hermenéutico, ya que se hace una
interpretación de la teoría sobre la temática, de experiencias de otros investigadores y de experiencias
propias.

A partir de lo anterior se procedió de la siguiente manera:


La lectura de los medios de comunicación masiva

Los medios de comunicación masivos son aquellos a través de los cuales se trasmite información y dentro
de ellos se consideran en este apartado algunos de los impresos, los audiovisuales y los digitales. Los
impresos consisten en las publicaciones que utilizan básicamente el papel como soporte y contemplan a
los periódicos, revistas y folletos; los audiovisuales utilizan sonidos, imágenes o ambas para expresar la
información, tales como la radio, la televisión y el cine y, por último, los digitales en los que se situarán a
los vídeos, en particular los de YouTube.


Ubicados en un contexto en el que resulta imposible dejar de considerar a los medios como parte de
nuestra existencia, inseparables de la vida cotidiana y académica. Existe una tendencia que demoniza a los
medios por su carácter tendencioso y manipulador, pero si bien no se deben estigmatizar de manera
rotunda, tampoco se debe propiciar un acercamiento acrítico a ellos. En este sentido, la educación
universitaria, como una vía para lograr su mayor pertinencia, no puede soslayar la utilización de los
medios de comunicación como un recurso para el aprendizaje, tanto en lo referido a la obtención de
nuevos conocimientos como a la manera de abordarlos y usarlos.


La incorporación de los medios a la enseñanza universitaria es una forma de acercarla más a la sociedad;
es abrir las puertas del aula a muchos de los últimos avances científicos, a las últimas declaraciones
políticas, o a los últimos acontecimientos culturales o económicos, aunque a veces sea de forma somera e
incipiente. Pero no ha de ser en ningún caso una incorporación excluyente de otros instrumentos de
aprendizaje, sino complementaria, que pretenda contribuir sobre todo a la mejor formación académica y
cívica de los estudiantes universitarios
(García, 1993). De las anteriores palabras de García se pueden
extraer dos aseveraciones básicas: los medios facilitan actualización y acercamiento de la enseñanza a la
sociedad, sin que ello implique la renuncia a otras fuentes.


Cuando se obvia la utilización de los medios, en alguna medida se obstruye el proceso de formación de los
estudiantes, se resiente la pertinencia de la enseñanza al alejarse del contexto en que nos desenvolvemos.
Los medios proporcionan entretenimientos, pero también son una vía para el aprendizaje, en especial
para desarrollar el pensamiento crítico, a través de la lectura crítica que debe hacerse de ellos. Su consulta
no siempre tiene que estar enfocada a ratificar una posición, un contenido, sino que también son una vía
para escuchar otras voces, situarse ante diferentes perspectivas y, a su vez, incidir en la formación de la
personalidad de los estudiantes.


Revista Varela, 21(58), 10-21 | ene-abr 2021 | ISSN: 1810-3413 | Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba 18

A. González | La lectura crítica en la universidad.

La universidad, y la educación en general, han de tomar conciencia de que se están cambiando los
estándares para educar y gestionar nuevos conocimientos y competencias para el desempeño profesional
y de comportamiento en la vida. Como hemos expresado, los medios cobran cada día mayor relevancia en
la vida de las personas; restan tiempo a la consulta de otras fuentes acuñadas por la tradición -y en parte
del imaginario académico- consideradas como carentes de falsedades; es decir, a aquellos conocimientos
que se encuentran en la biblioteca física. En esta se atesora la cultura impresa que debe ser leída e
interiorizada y la que también los docentes transmiten oralmente a través de sus clases. La utilización de
los medios como recurso didáctico facilita otras opciones de enseñanza aprendizaje más en
correspondencia con la biografía de los alumnos para contactar con otros tipos de lectura no ceñida
estrictamente a la cultura impresa y la oralidad
(Pallarés, 2014).


Sin embargo, los medios poseen un lenguaje más atractivo para el joven de hoy que los libros, artículos,
manuales, etc., para adosarlos al conocimiento; tienen las particularidades de su inmediatez y con ello un
acercamiento directo a la vida del presente, la utilización de mecanismos comunicativos que influyen en la
mejor percepción de los mensajes al poder influir en la subjetividad y, por consiguiente, contribuir al
entendimiento de modo más expedito. Pero, al mismo tiempo, no puede desconocerse que en gran parte
de los contenidos de los medios se encuentra la tendenciosidad, el empleo de recursos para horadar el
subconsciente, manipular y tratar de que se adopten determinadas concepciones y posturas.


Evidenciar la naturaleza de los medios en la actualidad constituye parte de la función de la enseñanza
universitaria: preparar al alumno-receptor para discriminar y valorar las informaciones. Su abordaje
implica “[…] identificar el carácter político de la industria cultural y del proceso comunicacional; supone
sospechar en la transparencia de los mensajes mediáticos; y propone la creación/formación de un
ciudadano independiente, cuestionador y creativo”
(Alvarado, 2012, p. 106). El lector no puede ser pasivo
ante los medios, sabemos que tratan de manipular con estrategias científicamente fundamentadas, como
ha expresado, pero, por eso mismo, se impone un lector en alerta, no indiferente, que no reciba con
obediencia el mensaje, sino que dialogue y sea capaz de crear mensajes alternativos, “la lectura de los
medios que adolecen de pensamiento reflexivo son acciones incompletas”
(Alvarado, 2012, p. 108).


No obstante, en los medios se encuentra mucha información actualizada sobre el acontecer científico;
entrevistas a personalidades de los diferentes campos de las ciencias; informes y estadísticas;
representaciones de épocas y sucesos en las películas, vídeos y seriales, factibles para profundizar en los
contenidos y propiciar el debate. Asimismo, los medios propician una forma de encontrarse con voces
procedentes de otras latitudes, cultura, creencias, lenguajes. Todo esto potencian su valor como recurso
didáctico y medio de formación en la educación superior.


Lo más importante consiste en cambiar la mentalidad y considerar que el saber está en todas las fuentes, o
al menos hay que tener en cuenta todas las fuentes para arribar a un conocimiento más acabado y que la
propia consulta crítica de los medios constituye también un conocimiento, en ningún caso se puede
recurrir a ellos con marcados recelos o miedos. Según
De Fontcuberta (2000), los medios hoy no sólo son
vehículos fundamentales de acceso al conocimiento, sino que contienen parte de ese conocimiento. Se
trata de un conocimiento que se caracteriza por: a) su vinculación a la actualidad; b) su transmisión a
través de diferentes códigos, lenguajes y soportes (imagen, sonidos, gráficos, etc.) que, además de las
respuestas lógicas, estimulan las sensaciones; y c) una oferta plural (en cantidad y no siempre en calidad)
de sus contenidos que responde a criterios distintos y a veces enfrentados.


Las razones ofrecidas por De Fontcuberta (2000) sintetizan por qué los medios de comunicación deben
ser considerados como una vía de acceso al conocimiento. La academia ha de superar el desfasaje entre un
mundo esencialmente mediático y un proceso de enseñanza aprendizaje apegado a la tradición libresca.


Para el trabajo docente con los medios es posible seguir diferentes alternativas didácticas. Dentro ellas
pueden estar las siguientes:


  1. El docente selecciona el medio que le será apropiado para desarrollar el contenido. No siempre es
    necesario que apoye el punto de vista asumido por él, sino que han de alternarse con otros
    enfoques con vistas a suscitar la confrontación, el debate y la asunción de una perspectiva. Antes
    de analizar lo planteado por el medio con los estudiantes, el docente lo estudiará integralmente,
    para lo que tendrá en consideración: contexto, autor, contenido, forma, etc., a partir de lo cual


    Revista Varela, 21(58), 10-21 | ene-abr 2021 | ISSN: 1810-3413 | Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba 19

    A. González | La lectura crítica en la universidad.

    elaborará una guía contentiva de los aspectos fundamentales a analizar. Por último, se procede a
    su visualización o lectura, se debate y se arriban a conclusiones.


  2. Los estudiantes en las exposiciones que realicen deberán emplear informaciones que aparezcan en
    los medios de comunicación. Se les orientará que al utilizarlos hagan una valoración integral de lo
    que se comunica, a partir de lo que evidencien su postura analítica, reflexiva, crítica.


CONCLUSIONES


Una de las responsabilidades de la formación universitaria actual consiste en potenciar la lectura crítica.
Ella constituye una vía de acceso al conocimiento, en un contexto caracterizado por el avance exponencial
de este y facilita el desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes; es una herramienta
indispensable para el desempeño profesional y el desenvolvimiento humano. En consecuencia, resulta
recomendable que la lectura crítica en la universidad amplíe el abordaje de diferentes tipologías textuales,
así como de formatos en los que aparecen tanto los textos científico-académicos impresos como virtuales
en el internet.


Asimismo, ante el incremento de la consulta de la Wikipedia por los estudiantes, es conveniente una
orientación para su abordaje y perfeccionamiento, que trascienda la prohibición a ultranza y abogue por
un encuentro y aprovechamiento más formativo. Por último, los medios de comunicación constituyen una
herramienta para acceder el conocimiento, y, de hecho, son considerados conocimiento, parte de la
cultura, lo que unido a una sociedad esencialmente mediática como la actual requieren que se valore su
presencia en el proceso de formación universitaria.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alvarado, M. (2012). Lectura crítica de los medios: una propuesta metodológica. Comunicar, XX (39), 101-

108. Recuperado de: ttps://dialnet. como la actual unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4013474

Carlino, P. (2005). Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles. Educare,(20), 401-420. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/356/35662008.pdf

Cassany, D. (2003). Aproximaciones a la lectura crítica: teoría, ejemplos y reflexiones. Tarbiya, Revista de(32), 113-128. Recuperado de:
https://revistas.uam.es/tarbiya/article/view/7275

Castelló, M. Bañales, G., Corcelles, M., Iñesta, A., y Vega, N. (2011). La voz del autor en la escritura
académica. Una propuesta para su análisis,
Revista Signos, 44(76), 105-117.

Centro de Escritura Javeriano. (2018). Artículo de reflexión. Pontificia Universidad Javeriana. Recuperado
de:
https://www.javerianacali.edu.co/centro-escritura/recursos/articulo-de-reflexion

De Arnoux, M., Di Stéfano, M., y Pereira, C. (2004). La lectura y la escritura en la universidad. EUDEBA.

De Fontcuberta, M. M. (2000). Medios, comunicación humana y sociedad del conocimiento. Revista, 7(14). https://www.revistacomunicar.com/indice/articulo.php?numero=14-2000-04

Eco, U. (1993). Lector in fabula. España. Ediciones Lumen.

Fainholc, B. (2004). La lectura crítica en internet. Análisis y utilización de los recursos tecnológicos en. Homo Sapiens.

Fernández, M., y Caballero, P. (2017). El libro de texto como objeto de estudio y recurso didáctico para el
aprendizaje: fortalezas y debilidades.
Revista electrónica interuniversitaria de formación del(1), 201-217. Recuperado de:
https://revistas.um.es/reifop/article/viewFile/229641/211321

Fuentes, M. (2009). Aprender a buscar y a seleccionar información digital. Aula de Innovación educativa,
(181), 22-26.

García, J. A. (1993). Medios de comunicación y universidad. Comunicar, (1), 66-74. Recuperado de:
https://doi.org/10.3916/C01-1993-08

Giles, J. (2005). Internet encyclopeadias go head to head. Nature, 438, 900-901. Recuperado de:
https://adsabs.harvard.edu/abs/2005Natur.438..900G



Revista Varela, 21(58), 10-21 | ene-abr 2021 | ISSN: 1810-3413 | Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba 20

A. González | La lectura crítica en la universidad.

Hoyos, A., y Gallego, T. (2017). Desarrollo de habilidades de comprensión lectora en niños y niñas de la
básica primaria.
Revista Virtual Universidad Católica del Norte, 51, 23-45. Recuperado de:
https://revistavirtual.ucn.edu.co/index.php/RevistaUCN/article/view/841/1359

Martínez, I. (2016). El fenómeno de la Wikipedia en la sociedad actual. Anuario digital 2016. Recuperado
de:
https://www.accioncultural.es/media/Default%20Files/activ/2016/att/anuario2016/1_fenomeno
Wikipedia.pdf

Moreno, E. (2019). Lectura académica en la formación universitaria: tendencias en investigación.

Lenguaje, 47(1), 91-119.doi: 10.25100/lenguaje. v47i1.7180

Pallarés, M. (2014). Los medios de comunicación tecnológicos como ejes de canalización y gestión del
conocimiento.
Educar, 1(50), 207-229. Recuperado de:
https://www.raco.cat/index.php/Educar/article/view/287075/375324

Paúl, R. y Elder, L. (2003). Mini-guía el pensamiento crítico. Conceptos y herramientas. Fundación para el
pensamiento crítico. Recuperado de:
https://www.criticalthinking.org/resources/PDF/SP-
ConceptsandTools.pdf

Petrolés, J. (2014). Argumentar por escrito. En: E. Montolío. (Directora). Manual de escritura académica y(pp. 235-284). Ariel.

Quintero, M., y Vela, Y. (2016). Estado de la investigación sobre la comprensión de la lectura en
estudiantes universitarios.
Rostros, 18(32), 51-65. Recuperado de:
http://dx.doi.org/10.16925/ra.v18i32.1177

Soler, J., Pavlovichi, D., y Freixa, P. (2018): Wikipedia en la Universidad: cambios en la percepción de valor
con la creación de contenidos.
Comunicar, 26 (54), 39-48. Recuperado de:
https://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=detalles&numero=54&articulo=54-2018-
04



Revista Varela, 21(58), 10-21 | ene-abr 2021 | ISSN: 1810-3413 | Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba 21

A. González | La lectura crítica en la universidad.