Concepciones en la formación humanista desde el proceso formativo del estudiante

Conceptions in humanistic education from the student's formative process


Reudenys Salas Hartemant, guantanamo@gtm.ujc.cu

Universidad de Guantánamo. Cuba.

ORCID: 0000-0002-0264-5369

Rosilé Obret Orphee, rosileo@cug.co.cu

Universidad de Guantánamo. Cuba.

ORCID: 0000-0002-7726-3242

Elcira Favier Pereira, estherca@uo.edu.cu

Universidad de Guantánamo. Cuba.

ORCID: 0000-0003-2356-9649

 


Palabras clave

Formación

Formación humanista

Educación preuniversitaria

Integralidad

Valores


Resumen: La propuesta tiene como objetivo reflexionar en torno a las diferentes concepciones epistemológicas relacionadas con la formación humanista, por lo que se reconoce su importancia para la integralidad del estudiante al tener en cuenta la relación que se establece entre el modelo de educación preuniversitaria, su reflejo en los modos de actuación y las exigencias del contexto social. La utilización de diferentes métodos teóricos favoreció el análisis epistemológico realizado, lo que permitió a los autores identificar las insuficiencias en torno a la educación preuniversitaria donde predomina un enfoque reduccionista y fragmentado del proceso formativo, en el que se jerarquizan las actividades académicas respecto a otras que favorecen la consolidación afectivo-volitiva del estudiante como resultado de la insuficiente determinación de los contenidos y funciones de la formación humanista en el preuniversitario. A partir de lo anterior, se revela una nueva concepción que considera a la sistematización de la cultura-axiológica humanista como configuración síntesis y eje dinamizador, integradora de las relaciones que se manifiestan entre lo cognitivo formativo humanista y lo transformativo cultural humanista para perfeccionar dicho proceso.

 


Keywords

Humanistic education

Humanist axiological culture

Pre-university education model

Integrality

Values


Abstract: The proposal aims to reflect on the different epistemological conceptions related to humanistic education, thus recognizing its importance for the student's integrality by taking into account the relationship established between the pre-university education model and the demands of the social context. The use of different theoretical methods favored the epistemological analysis carried out, which allowed the authors to identify the inadequacies of pre-university education where a reductionist and fragmented approach to the formative process prevails, in which academic activities are prioritized over others that favor the affective-volitional consolidation of the student as a result of the insufficient determination of the contents and functions of humanistic training in pre-university education. Based on the above, a new conception is revealed that considers the systematization of humanist axiological culture as an integrative element.

 


Cómo citar:                                                                                          

Salas, R., Obret, R. y Favier, E. (2021). Concepciones en la formación humanista desde el proceso formativo del estudiante. Revista Varela, 21(59), 142-148.

Recibido: febrero de 2021, Aceptado: abril de 2021, Publicado: 1 de mayo de 2021


Introducción

La formación humanista constituye una herramienta vital para cumplimentar el reto de alcanzar un alto nivel en los aspectos más trascendentes de la personalidad del estudiante, lo cual condiciona, a partir de los criterios actuales, el logro de una política educacional dirigida a la formación integral de los estudiantes para su desempeño en la sociedad, al presuponer una integralidad del conocimiento, sensibilidad, estilo de pensamiento y espiritualidad, para poder enfrentar los problemas del mundo de hoy signados por la tendencia a la globalización de todos los procesos socioeconómicos, culturales, políticos e ideológicos.

Esta ha sido interpretada como aquella que propende a la elaboración y apropiación por parte de los estudiantes, de una concepción integral acerca de la naturaleza del hombre y de la sociedad, así como de la activa y multilateral interrelación entre ambos, y la actuación consecuente con el progreso humano en las condiciones histórico-concretas existentes, por lo que integra, además, los componentes económico, político, moral, estético, entre otros.

Dicha concepción relaciona a la formación humanista con la formación en valores, a la que se concede un importante rol entre los principales procesos que se desarrollan en los diferentes subsistemas educativos en Cuba y que reafirman el objetivo básico de la escuela, orientado a la formación, desarrollo y educación multilateral de una personalidad integral concebida en las nuevas generaciones de estudiantes, a tenor de las condiciones y momentos de la sociedad que le corresponde vivir, y es en este sentido, que a través de diferentes documentos normativos emitidos por el Ministerio de Educación (MINED, 2004), se precisa el fortalecimiento del trabajo político-ideológico, así como la educación en valores y la formación cívica y patriótica de los estudiantes.

No obstante, aunque se comparte el criterio del carácter sistémico de los valores, se considera que los estudios pedagógicos en torno a este tema ofrecen una limitada sistematización teórica en relación con la formación humanista de manera general, y particularmente en la educación preuniversitaria, motivada por la falta de comprensión de las características de este proceso que se concreta a través de diferentes vías, lo que provoca un diseño espontáneo, fragmentado y esquemático de las estrategias que coadyuvan al cumplimiento de su objetivo.

Los estudios sobre el tema, analizan la temática desde concepciones filosóficas y su devenir histórico en los diferentes tipos de sociedades determinando sus rasgos principales, pero, por lo general, carecen de un enfoque pedagógico que dificulta su contextualización en el proceso formativo del preuniversitario (Galindo, 2002; Tortoló, 2005; y Pogolotti, 2016).

Corresponde al preuniversitario asumir un papel primordial en los análisis que sobre este tema se realiza, teniendo en cuenta los objetivos generales, específicos y el fin de dicha educación, concebidos en el modelo de escuela preuniversitaria y que exige, en las condiciones actuales, un profundo análisis que permita identificar hacia dónde se orienta su contenido, por lo que se trata entonces de utilizar las herramientas validadas por una correcta concepción científica, con una sólida base teórica en la comprensión de este problema y en su instrumentación práctica, de ahí que el objetivo de este artículo se oriente a reflexionar en torno a las diferentes concepciones epistemológicas relacionadas con el proceso de formación humanista, desde una nueva concepción que favorezca la integralidad del estudiante de preuniversitario.

La integralidad del estudiante desde el proceso formativo en preuniversitario

Adentrarse en la integralidad del estudiante desde el proceso formativo en el preuniversitario, conlleva a tener en cuenta el criterio de la categoría formación, que tiene su connotación desde diversas ciencias, las que han aportado aspectos significativos en la construcción del contenido esencial de la misma y que han traído como consecuencia la diversidad de criterios en torno a ella.

Es criterio, por tanto, de los autores, que la formación debe permitir la elevación moral, espiritual e intelectual del estudiante, de ahí que se considere necesario entenderla como un proceso que abarca a la personalidad en su integralidad; es decir, en la comprensión tanto de lo cognitivo-instrumental como lo afectivo-motivacional y volitivo, que se traduce en comportamientos (Molina, 2000).

Sin embargo, resulta conveniente asumir, lo argumentado por Fuentes (2009), al concebir a “la formación como un proceso de humanización, de creación de un tipo de ser humano en un contexto sociocultural históricamente determinado, que es una forma pedagógicamente cognoscitiva y personalizada que va al mayor nivel de desarrollo humano” (p. 12).

Lo anterior, permite la comprensión y explicación de la formación desde la cultura, para concebir la interpretación pedagógica del proceso formativo, como un proceso social y cultural vinculado al contexto sociocultural, a la producción intelectual y al compromiso social del estudiante de preuniversitario.

En este orden, se comparte además el criterio de que:

la formación de la personalidad del estudiante del preuniversitario tiene un carácter integral, sistemático, participativo y con marcada intencionalidad, orientado hacia los ideales socialmente valiosos, sentimientos, valores y convicciones que permitan el comprometimiento del estudiante hacia las tareas de la Revolución. (Marrero, 2009, p. 24)

Las nuevas exigencias planteadas por la sociedad a la escuela cubana, en especial al preuniversitario, conllevan al rediseño de los planes de estudio y a las características del modelo de escuela, otorgando mayor prioridad al fortalecimiento de la labor formativa ante la necesidad de eliminar la segmentación, que, como consecuencia de insuficiencias y carencias de una concepción integral y sistémica del currículo, dificulta el cumplimiento del fin de la educación en ese nivel.

Como resultado de las experiencias acumuladas en la educación preuniversitaria, se acrecienta la necesidad de continuar perfeccionando los métodos de trabajo en el proceso formativo, en función de realizar adecuaciones con organización, disciplina y control, gestionar la preparación académica y formativa de los estudiantes a partir de sus intereses y las necesidades de aprendizaje.

Por ello, en las indicaciones y precisiones emitidas por el MINED (2004) cada curso escolar para esta educación, se insiste en lograr un balance entre las actividades académicas y las formativas, sin restarle importancia a la segunda, que es la garantía de formar a los estudiantes desde las concepciones del pensamiento martiano y fidelista.

Lo anterior está en estrecha relación con lo establecido en el vigente modelo de la educación preuniversitaria, que precisa la necesidad de:

privilegiar la formación integral del estudiante de manera diferenciada, proponiendo el fin y el sistema de objetivos formativos, como alternativa de transversalidad en el currículo, que integra de forma armónica temas priorizados de este nivel educativo, tanto en lo docente, lo extradocente y lo extraescolar, a través de los cuales transcurre el proceso formativo. (Mined, 2004, p. 15)

Sin embargo, a pesar de esta intencionalidad, se considera que la insuficiente correspondencia entre lo que se establece en dicho documento y lo que se define en el proyecto educativo institucional, del grado o claustrillo y del grupo, es la causa principal que provoca la fragmentación del proceso formativo, que limita una adecuada orientación educativa del colectivo pedagógico hacia los estudiantes.

Se comparten entonces, los componentes que contribuyen desde el proceso formativo a la integralidad del estudiante de preuniversitario, identificados y definidos en el modelo de escuela preuniversitaria, entre las que se encuentran: ambientalista, jurídica, comunicativa, estética, científico-investigativa, patriótico-histórica e internacionalista, laboral, politécnica, económica e higiénico - sanitaria.

No obstante, a criterio de los autores del presente artículo, no se explicita el componente ético, aunque subyace como elemento transversal, dada la proyección ética del proyecto social cubano y su sistema educativo, que tiene como actor esencial a un hombre cuyo accionar se fundamenta en una ética de carácter humanista. De ahí que se considere necesario resolver las limitaciones que existen en relación con el proceso de formación humanista del estudiante de preuniversitario, las que son reflejo de las dificultades económicas, culturales, conflictos familiares y actitudes tradicionales de la sociedad en general.

La formación humanista en la integralidad del estudiante de preuniversitario

La formación humanista, alcanza significación en el proceso formativo del estudiante de preuniversitario al convertirse en el centro de la situación social del desarrollo, para lo cual se deben crear las condiciones y situaciones que propicien estimular una actuación independiente y autónoma durante el mismo.

En este mismo orden, Salas (2018a) señala que en el proceso de formación humanista del estudiante, la relación entre lo interno y lo externo es determinante, corroborando la premisa de la situación social del desarrollo, analizada por Vygotski (1981) como combinación especial de los procesos del desarrollo y las condiciones externas, que es típica en cada etapa y que condiciona también la dinámica del desarrollo psíquico durante el correspondiente período evolutivo y las nuevas formaciones psicológicas cualitativamente peculiares que surgen hacia el final de dicho período.

En el preuniversitario, la formación humanista es el medio principal para lograr la formación integral del estudiante al tener en cuenta que está estrechamente vinculada con el modelo de hombre a formar y con los fines de la educación; de ahí que se establezca al comportamiento humano como esencia de ambos procesos.

Se considera que la formación humanista está relacionada con el comportamiento humano responsable que asume el estudiante de preuniversitario a partir de la manifestación de los modos de actuación asociado a ello, evidenciado en el sentido de pertenencia, cuidado de los bienes del estado, integración y entrega a la solución de los problemas sociales, su proyección político-ideológica, así como el dominio de saberes que favorecen un aprendizaje significativo.

En consecuencia, esta formación debe sustentarse en los diferentes procesos que se desarrollan en este nivel educativo con el objetivo de acceder al saber, saber hacer y saber ser que propicie las coordinaciones para evitar la segmentación a la que se encuentran sometidos los estudiantes y ayudarlos a seguir aprehendiendo con diferentes métodos y procedimientos que favorezcan un comportamiento humanista.

Investigadores como Viegas (2004), Esquivel (2004), Mendoza (2005), Lamas (2006), Jacomino (2007), Favier (2011), entre otros, coinciden en afirmar en diferentes estudios que la formación humanista, de acuerdo con sus características, ha de distinguirse por su carácter específico y, sobre todo, por tener presentes las potencialidades de cada estudiante y del grupo en general, partiendo del conocimiento de sus necesidades, potencialidades e intereses.

Sin embargo, en ninguno de los casos, dado su intencionalidad, se precisa la esencia de este proceso y sus singularidades, lo que conlleva, en la actualidad, a que una de las insuficiencias que presenten las Ciencias Pedagógicas es la semejanza que establecen algunos autores entre formación humanista y formación humanística, lo que limita el alcance de ambos procesos y provoca una concepción errónea en su estudio y tratamiento. Es en este sentido, donde el humanismo como valor se estructura como núcleo de la formación humanista, en consonancia con los estudios que sobre este tema establece Salas (2018b), quien considera que la formación humanista es el proceso que contribuye a que los estudiantes sean conscientes de su configuración como sujetos históricos y culturales, y que promueve en ellos los medios para convertirse en sujetos de acción social a partir de la asunción del humanismo como valor.

A estos fines, se hace necesario conceptualizar la categoría humanismo, cuya diversidad de enfoques dificulta su comprensión pues no existe consenso acerca de qué tipo de fenómeno es el que se define.

Por una parte, se entiende al humanismo como una categoría historiográfica que designa las corrientes culturales, sobre todo literarias, que dieron origen al Renacimiento en los países europeos, por lo que se identifica como el movimiento cultural que se desarrolla en la época Medieval entre los intelectuales, que intentaban rescatar la dignidad humana atrofiada por la servidumbre y el teocentrismo medieval, y que a decir de Toffannin (1953), este humanismo se presentaba “como un nuevo tipo de fe en los valores humanos hechos para el hombre y por tanto trascendencia del logos” (p. 514).

Por otra parte, se entiende al humanismo como una concepción que tipifica al hombre y donde está presente la intención de comprenderse a sí mismo en los límites de lo que él es y debe ser, es decir, en la relación del ser y deber ser.

El humanismo en Cuba constituye el núcleo de una concepción ideo-cultural, expresión del desarrollo de la identidad cultural y la ideología de la Revolución cubana, que en las condiciones actuales, tiene como pilares fundamentales las ideas de lo más avanzado del pensamiento cubano, en especial de José Martí y Fidel Castro, según consideraciones de Mendoza (2005), al concebir al humanismo como una “…concepción de carácter integral, formada históricamente en relación con el hombre y su realización, entendiendo este como totalidad, es decir, en todas las determinaciones de su ser y que aspira a potenciar las vías para su plena realización.”(p.5), porque lo hace muy concreto.

La intelectual cubana Pogolotti (2016), considera que los modelos de formación en el terreno de la enseñanza deben contribuir a la formación del humanismo y priorizar la integralidad humana como punto de convergencia de los saberes contemporáneos con las actitudes y comportamientos.

Esta concepción que defiende la autora referenciada, se concibe a partir del enfoque integral que la escuela debe asumir para procurar vínculos interdisciplinarios, multidisciplinarios y transdisciplinarios que contribuyan al desarrollo humano, pues, para ella el humanismo “es una concepción del mundo que coloca al ser humano como eje central del pensar y del actuar” (Pogolotti, 2016, p. 3).

Lo anterior sirve de punto de partida en la argumentación de la concepción de humanismo que se asume, al considerarse por los autores del artículo como un valor, síntesis integradora del resto de los valores que la sociedad instituye y que expresan la relación entre el ser y el deber ser. En este sentido, se significa que el humanismo como valor se constituye o erige en expresión de las cualidades presentes en el hombre.

Al asumir esta concepción, se afirma que la formación del humanismo como valor y por analogía, formación humanista revela la integralidad de la cultura al devenir punto de confluencia de lo diverso y manifestar las relaciones esenciales entre conocimiento-sentimiento-comportamiento que se reflejan en el estudiante.

Como resultado de lo anterior se manifiesta la necesidad de asumir a la formación humanista a partir de comprender su esencia desde la cultura por su carácter transformadora y desarrolladora en el ser humano, desde un proceso pedagógico integrador vinculado al contexto sociocultural de los estudiantes que están determinadas y delimitadas a partir de las necesidades particulares de cada uno de ellos.

Atendiendo a ello, se conceptualiza la formación humanista en estudiantes de preuniversitario como categoría del proceso formativo en ese subsistema educativo, que conjuga lo cognitivo con lo afectivo-volitivo con un enfoque cultural a partir de las relaciones que se establecen entre los procesos externos e internos formativos que tiene en cuenta el contexto sociocultural de formación del estudiante.

El enfoque cultural asumido, presupone un tratamiento axiológico, personológico y comunicativo que permita diseñar acciones dirigidas a la formación humanista del estudiante al promover un aprendizaje sobre el hombre, la naturaleza y la sociedad, cimentado en una alta intencionalidad formativa que favorezca la formación de opiniones y juicios propios a partir de la asunción crítica y creadora del acervo universal, nacional y local; de ahí su carácter integrador, el que se convierte en instrumento para la comprensión de la relación cultura-valores y valores-calidad de las relaciones sociales entre los estudiantes como expresión de esa cultura. 

Desde el punto de vista teórico-metodológico, la formación humanista se concreta en el proceso formativo del preuniversitario a partir de las relaciones que se establezcan entre lo cognitivo formativo humanista y lo transformativo cultural humanista, dinamizadas por la sistematización de la cultura axiológica humanista.

Lo cognitivo formativo humanista se convierte en esencial en el proceso formativo, como resultado de los componentes que la estructuran, que permiten otorgar relevancia al contenido de la formación humanista, desde una perspectiva teórica, y cómo este es asimilado y aprehendido por el estudiante, de manera que logre configurar su actuación de forma positiva. Es el proceso a través del cual el estudiante se apropia de los saberes humanistas, mediante la aplicación de recursos que favorecen la sistematización de la cultura axiológica-humanista a partir de la reflexión dialógica cultural humanista como ejercicio de aprehensión contextual de la cultura humanista que logran trascender y manifestarse en su actuación cotidiana.

Lo distintivo de este aspecto se evidencia en la determinación del desarrollo del compromiso de participación social y el redimensionamiento ético de las relaciones humanas del estudiante como contenidos de la formación humanista, que se transversalizan como contenido valorado, que debe asumirse desde lo cognitivo y lo afectivo-volitivo.

En otro orden, lo transformativo cultural humanista, asume el ordenamiento lógico que realiza el estudiante después de la habilitación de los aspectos relacionados con el humanismo que sirven para diseñar el conjunto de valores, actitudes, creencias, costumbres y capacidad crítica y reflexiva que orientan su proyección cultural humanista, que es posible constatarla en los diferentes espacios en el que interviene el estudiante mediante acciones comportamentales socialmente positivas y que se reflejan en la práctica formativa del estudiante en la medida en que es capaz de:

·         Comprender el carácter integral del ser humano a partir de las cualidades humanas, naturaleza humana y capacidad transformadora humana

·         Implicarse y comprometerse en su propia formación desde una participación activa y protagónica en las diferentes actividades que realiza

·         Orientar su comportamiento desde posiciones ético-morales en diferentes contextos de actuación

Es así como la sistematización de la cultura axiológica-humanista se presenta como un constructo teórico que revela el eje sistematizador esencial del proceso formativo totalizador e intencional de la formación humanista en estudiantes de preuniversitario, como cualidad que se desarrolla en la práctica formativa a partir de reconocer el contexto sociocultural y que permite el comportamiento humanista en estudiantes de preuniversitario, por lo que se hace necesario la realización de una reconstrucción pedagógica en el proceso formativo del preuniversitario, al connotarse como un proceso vinculado a los problemas del entorno educativo y de la formación, en particular.

Constituye, por tanto, el eslabón fundamental de la integralidad del estudiante desde la perspectiva de la relación entre lo instructivo, educativo y desarrollador, que propicia la construcción de significados y sentidos en la transformación de estos; por lo cual es de naturaleza consciente, dinamizado por la comprensión, motivación y generalización que se direcciona a la formación de capacidades transformadoras humanas y está condicionado por las necesidades formativas del estudiante y el diagnóstico del contexto.

Dado su carácter de eje transversal, la sistematización de la cultura axiológica-humanista propicia construir la expresión del comportamiento del estudiante desde presupuestos culturales al garantizar las acciones formativas, considerando tanto la cultura sistematizada propia de la educación preuniversitaria como las recibidas del entorno, las cuales permiten establecer una relación entre ellas al ser asimiladas mediante la sistematización en el proceso formativo.

Es importante tener en cuenta que para el logro satisfactorio de la sistematización de la cultura axiológica-humanista por parte del estudiante, el profesor debe concebir acertadamente desde su transversalidad los contenidos de la formación humanista en esta educación, los cuales requieren un tratamiento diferenciado por las particularidades y características del estudiante que determinan su situación social de desarrollo, de ahí que sea trascendental la importancia que se le conceda en esta educación a los aspectos relacionados con el desarrollo del compromiso de participación social y el redimensionamiento ético de las relaciones humanas.

Estos contenidos se convierten en eje de la sistematización de la cultura axiológica-humanista al favorecer el desarrollo de normas que orientan la acción y el comportamiento del estudiante a partir de una sólida proyección formativa en los diferentes espacios en que interactúa.

El desarrollo del compromiso de participación social es base para la elección consciente por el estudiante de su continuidad de estudios en la educación superior, a partir del sentido humanista de esas profesiones y en relación con las necesidades sociales, lo cual que incluye que exista una mayor participación en proyectos sociales que refuercen su autonomía, los implique en la toma de decisiones y en la reflexión crítica de los problemas sociales. Como cultura sistematizada, el desarrollo del compromiso de participación social expresa una significación cognitiva y afectiva en la incorporación del estudiante en su formación a partir de la valoración que realice de forma eficaz y oportuna, de aquello a lo que se compromete en las actividades que ejecuta.

Es indispensable, para el logro de lo anterior, el dominio de los saberes humanistas desde referentes culturales y sociales, para que sea asumida como apertura a nuevas posibilidades de trasmitir y aprender modos específicos de relación humana, actitudes y formas de actuación valoradas socialmente, las que son sistematizadas por el estudiante que enaltece la legitimación de los valores de la sociedad.

La cultura axiológica-humanista sistematizada por el estudiante en este proceso, se orienta, además, al redimensionamiento ético de las relaciones humanas, cuya esencia radica en el empoderamiento de lo humanista como filosofía de vida que propicia el saber convivir, a partir de la forma de pensar y actuar en correspondencia con el contexto social.

El redimensionamiento ético de las relaciones humanas como contenido de la formación humanista, se enfoca hacia el fortalecimiento de lo cívico-ciudadano y lo profesional que permite al estudiante aprender a interpretar la realidad y resolver problemas desde de los conocimientos que posee, reconocer contradicciones, juzgar la validez de las conclusiones a partir de las vivencias personales y colectivas, desarrollar habilidades críticas, creativas y dialógicas en el proceso formativo, todo lo cual lo convierte en protagonista de su propia formación en correspondencia con los procesos de protagonismo social, al ser capaz de autoevaluarse, reflexionar, justificar, defender sus ideas con argumentos, reconocer y valorar los argumentos de los demás, entre otros aspectos importantes.

Lo abordado hasta aquí constituye un aspecto esencial que ha de organizarse, planificarse, controlarse y evaluarse con sistematicidad en el proceso formativo del estudiante de preuniversitario en aras de contribuir a la formación humanista como un proceso continuo y sistemático, de estructuración coherente y orgánica, de influencias educativas, cuyo contenido deviene síntesis de la sistematización de la cultura axiológica-humanista desde una intencionalidad dialógica y reflexiva que propicia el desarrollo de la autoconciencia, autoevaluación, autodeterminación y autorregulación mediante modos de comportamientos socialmente responsable del estudiante como expresión del humanismo.

 

 

 

Conclusiones

El análisis epistemológico realizado reveló la necesidad de concebir la formación humanista en el preuniversitario, a partir de las potencialidades formativas que posee para la integralidad del estudiante desde una intencionalidad dialógica y reflexiva

Se concibe a la formación humanista del estudiante de preuniversitario como el proceso de asunción del humanismo como valor que orienta a los estudiantes en su proyección como sujeto histórico-cultural.

La formación humanista constituye un proceso continuo y sistemático que propicia las relaciones entre lo cognitivo formativo humanista y lo transformativo cultural humanista, dinamizada por la sistematización de la cultura axiológica humanista y favorece la búsqueda de nuevas vías desde la investigación científica para el logro de la integralidad del estudiante desde el proceso formativo en el preuniversitario.

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