La formación de la competencia asesoría psicopedagógica en estudiantes de Pedagogía-Psicología

Introducción

La Educación Superior aspira a formar profesionales competentes, transformadores del medio y de si y comprometidos con la calidad del proceso profesional que dirigen, de ahí la necesidad de aumentar el número de jóvenes con las competencias profesionales necesarias para ser emprendedores y eficaces en su trabajo (ONU, 2018). Hoy se requiere elevar la formación inicial de los jóvenes profesionales para enfrentar los retos que se les presentan, flexibles, autónomos, motivados por la tarea que realizan, activos en los procesos sociales, identificados con su profesión, con el ímpetu de transformar la sociedad, de acuerdo con las necesidades que de ella emanan.

En Cuba, la concepción para la formación de los jóvenes profesionales en las universidades está recogida en los planes de estudio, que se esbozan en correspondencia con las necesidades sociales. Las premisas fundamentales para el diseño de los planes de estudio “E” (MES b, 2016), definen las cualidades que se desarrollan en el proceso de formación inicial, que lo ayudan a conjugar sus intereses personales con los de la sociedad, en donde participe activa, crítica y constructivamente.

El Modelo del Profesional de la Licenciatura en Educación, especialidad Pedagogía-Psicología (MES a, 2016), declara la formación de profesionales preparados para cumplir sus funciones de manera consecuente con los problemas sociales. En dicho documento se declara la asesoría psicopedagógica “en la prevención de situaciones, teniendo en cuenta la diversidad educativa que se encuentra en los seres humanos que interactúan en los diferentes contextos de actuación, todo lo cual se proyecta como una realidad perspectiva para este profesional” (p. 4).

Para cumplir lo planteado, se precisa un elevado nivel en la formación inicial de este profesional para cumplir con éxito la asesoría psicopedagógica; sin embargo, aún no se clarifican ideas suficientes relacionadas con los contenidos de la asesoría psicopedagógica para lograr competencia en su desempeño profesional como exige la sociedad.

En tal sentido, se requiere esbozar las ideas suficientes para estructurar un modelo formativo de la competencia asesoría psicopedagógica. Que logre integrar, no solo los contenidos que requiere el profesional en formación de acuerdo con sus funciones, sino, aquellos recursos personales que le posibiliten la efectividad requerida en su desempeño, como concreción de lo que sabe en la práctica.

Este artículo tiene como objetivo: fundamentar los elementos teóricos que se requieren para estructurar un modelo pedagógico de formación de la competencia asesoría psicopedagógica en el profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial. En el trabajo se realiza un acercamiento a las premisas que constituyen síntesis de los fundamentos y puntos de partida para el constructo teórico ajustado a la práctica.

Un acercamiento al marco teórico

La estructuración del modelo de formación de la competencia asesoría psicopedagógica necesita, como punto de partida, tratamiento a elementos relacionados con la temática que han sido fundamentados por la ciencia. Este particular parte de lo aportado sobre las categorías: formación, competencia profesional, asesoría psicopedagógica y modelo pedagógico.

La categoría formación ha sido tratada desde diferentes posiciones por los investigadores, Horruitiner (2006), Paz y Gámez (2017), Pestana y Martínez (2020), Corral (2020), quienes la tratan como un proceso social donde el sujeto se desarrolla de manera activa en la sociedad. Enfoque que comparten los investigadores por los elementos que aportan las relaciones sociales a la individualidad y proyección del sujeto en la actividad.

Con respecto a la formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología, García (2011), la considera: “orientada al desarrollo integral del estudiante en y desde los procesos profesionales en los contextos” (p.14); de igual manera Álvarez (2019), muestra una vía orientada al desarrollo integral de los estudiantes de Pedagogía-Psicología en y desde los procesos profesionales en los diferentes contextos.

La visión integral y activa de la formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología es necesaria. El sujeto enfrenta situaciones contradictorias que dan paso a la interiorización y exteriorización de elementos significativos para sí, de acuerdo con lo que necesita para satisfacer las exigencias en la práctica.

Por su parte, Ramírez (2016), la entiende como proceso de profesionalización y auto perfeccionamiento y advierte la necesidad de su desarrollo desde el vínculo entre la teoría con la práctica. Resulta claro que en las relaciones sociales que establece el profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial, entre la teoría recibida en la academia y la práctica laboral-investigativa, perfecciona su desempeño profesional en la medida que se transforma y acciona sobre el objeto de manera activa. La formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología es mediada por los intereses, necesidades personales y profesionales en la interiorización y exteriorización de los contenidos pedagógicos y psicológicos, así como por la experiencia profesional.

Es criterio de los investigadores que participan en este artículo que la formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología se alcanza entre la universidad y las entidades laborales de base donde realiza la práctica laboral-investigativa, mediado por las relaciones sociales. Así, interioriza los elementos necesarios para la actividad profesional, los que son personalizados y concretados en la práctica. Los recursos que necesita son los contenidos que precisa su desempeño profesional eficiente y los recursos personales que determinan la conducta del profesional.

La formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología ha sido dirigida hacia la búsqueda de un profesional apto para su desempeño profesional en los diferentes contextos de actuación desde una formación integral. Con tal propósito, en el proceso se han de interrelacionar habilidades, conocimientos, valores, intereses, sentimientos, actitudes y recursos personales que le permiten insertarse de manera coherente con los agentes y agencias en el cumplimiento con sus funciones profesionales.

Se ha verificado, la asunción de la formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología orientada al desarrollo integral en el vínculo entre la teoría con la práctica. Con tal perspectiva, es potencialidad para la formación de la competencia asesoría psicopedagógica, favorece la comprensión de los elementos necesarios para su formación, en la relación de lo empírico con lo teórico en la asesoría psicopedagógica marcado por las vivencias del sujeto.

En correspondencia con lo referido se advierte que la formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología es un proceso histórico-social, ya que, está marcada por la cultura formada por el sujeto antes de entrar a la universidad y la interiorización de los nuevos elementos asimilados en el proceso formativo.

Las competencias permiten responder a situaciones en la profesión, resolver problemas y desenvolverse en el mundo no sólo desde el conjunto de conocimientos interiorizados, las habilidades y destrezas desarrolladas, sino desde la configuración subjetiva que según. En este sistema los valores, intereses, sentimientos, actitudes y los conocimientos en acción son elementos importantes en la asunción del desempeño adecuado a las circunstancias dadas.

Las competencias permiten dar una respuesta formativa a las problemáticas diversas que se presentan en la práctica educativa. La competencia está marcada por el condicionamiento psicológico del sujeto y su desempeño profesional en la práctica. El desempeño del profesional de Pedagogía-Psicología es concreción de su competencia en el ejercicio de su profesión, relación coherente entre la teoría con la práctica, entre la individualización desde la socialización en los contextos formativos y su respuesta en la solución de problemas profesionales.

Varios han sido los investigadores que tratan las competencias profesionales de manera general y que constituyen referentes para este trabajo, entre ellos se encuentran: Forgas et al. (2005), que trata las competencias como un nuevo enfoque en la formación profesional, Mas (2008), quien considera la competencia como formación psicológica predominantemente ejecutora, mientras que, Tejeda y Ruiz (2016), entienden la competencia como conjunto de conocimientos, procedimientos y actitudes combinadas, definibles en la acción.

Solís et al. (2019), establecen una relación entre la competencia y su importancia para el desempeño profesional. En todos los casos se aclara la necesaria combinación entre la configuración interna del sujeto y la calidad de su desempeño profesional. Por su parte, Ezequiel (2003), al abordar la competencia, toma las habilidades profesionales como determinante de esta, en detrimento de otros elementos constitutivos de la misma: los conocimientos que son las informaciones que necesita el sujeto para operar en la actividad y cualidades personales que marcan el desempeño profesional, los valores, intereses, sentimientos y actitudes,

Se coincide con Castellanos (2003), Cejas (2006), al plantear que la competencia es una configuración psicológica en estrecha unidad con lo funcional, dirigida al desempeño profesional. La competencia en el sujeto tiene una estructura interna que se manifiesta en la dinámica de su actividad, en la unidad estructura-función.

Cabe destacar que la competencia se alcanza en la unidad entre la teoría y la práctica, es imposible lograr competencia profesional solo con los elementos que aporta la teoría sin las vivencias que marcan la objetivación de esta. Se concreta en el desempeño profesional, a partir de elementos conscientes y no conscientes que se configuran en correspondencia con el sentido subjetivo que estos elementos tienen para el sujeto en la actividad.

Los elementos interiorizados por el profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial se configuran subjetivamente en correspondencia con las exigencias que la actividad les hace. La configuración está compuesta por elementos cognitivos y afectivos estructurados en unidad dialéctica con lo funcional.

En tal sentido, se advierte activo en su formación, generador y constructor de su subjetividad en correspondencia con el significado para sí, de lo aportado por los agentes formativos en la práctica. De estos valores interiorizados configura y expresa en su desempeño la competencia profesional. Según González y Mitjans (2017), la subjetividad es un sistema que se organiza por configuraciones subjetivas como unidad simbólico-emocionales que especifican las experiencias humanas. En síntesis, la competencia es la configuración subjetiva que se concreta en los recursos que pone en juego el sujeto en el desempeño profesional al alcanzar el objetivo propuesto.

La personalidad es el soporte configuracional de la expresión intencional de la competencia que se forma en correspondencia con los objetivos profesionales marcados por las necesidades sociales e individuales, así como por las condiciones contextuales. Así, se comparte lo planteado por Mafrán (2019), cuando afirma “que las competencias profesionales son el resultado de un proceso de educación de la personalidad para el desempeño profesional eficiente y responsable” (p. 3). Las competencias se definen por la concreción en la actividad de la integración de contenidos y recursos personales, de acuerdo con las demandas que la propia actividad le hace al profesional.

La asesoría psicopedagógica tiene su tratamiento desde diversos criterios nacionales e internacionales. Imbernon (2007), pondera el rasgo de colaborativo en la asesoría, apoyada en la reflexión de los sujetos participantes sobre la práctica docente, mientras que. Ventura (2008), trata el asesoramiento como forma de acompañar a los docentes y Ruíz (2010), trabaja la asesoría como proceso de ayuda continua con finalidad de prevención y desarrollo, mediante programas de intervención educativa y social, la percibe como proceso lo que permite advertir el cambio del sujeto a estadios superiores en su desarrollo. Torres (2016), considera la asesoría como relación ética que se funda en la credibilidad, la confianza y la colaboración.

En general, se considera que la asesoría psicopedagógica se establece en relación de socialización y ayuda donde ocurre un acuerdo entre los participantes, sucede una individualización de puntos de contactos colectivos, se transforman posturas y puntos de vista en correspondencia con sus objetivos en el desempeño profesional. Durante este proceso se transforman tanto asesores como asesorados, en la interiorización y exteriorización de contenidos y recursos personales.

Fundamentos del modelo de formación de la competencia asesoría psicopedagógica

Los modelos pedagógicos, permiten la representación teórico-práctica con enfoque pedagógico. En la formación de profesionales obedecen a la solución de problemas formativos en correspondencia con el tipo de profesional que se necesita, de acuerdo a las necesidades sociales y responde a las necesidades del contexto y al momento histórico.

Varios son los autores que han desarrollado modelos pedagógicos para la formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial, entre ellos: García (2011) con la dialéctica entre la integración de los contenidos profesionales, sintetizada en la dinámica de los procesos profesionales y su aplicación contextualizada en situaciones educativas. Así mismo, Calzado (2012) trabaja un modelo para el desarrollo de la autovaloración docente desde el enfoque creativo vivencial en los estudiantes de la carrera Pedagogía-Psicología.

De igual manera, Ramírez (2016), en su modelo ofrece fundamentos teóricos-metodológicos del proceso formación del Licenciado en Educación, Pedagogía-Psicología como orientador en la prevención de la violencia familiar. Por su parte, Aldana (2017) representa la formación de la competencia profesional manejo pedagógico de conflictos escolares en el proceso de formación inicial, mientras que Álvarez (2019) propone la representación teórica para la educación agropecuaria en este profesional.

Los modelos pedagógicos planteados por los autores anteriores responden a las necesidades sociales y con ellas formativas de sus profesionales, recogidas en el Modelo del Profesional de Pedagogía-Psicología, los contextos de actuación y al momento histórico que así lo demanda. Un modelo pedagógico determina cómo son las relaciones entre los elementos que se involucran en la formación.

En correspondencia con los referentes anteriores, los autores determinan que el modelo de formación de la competencia asesoría psicopedagógica es la representación conceptual de las relaciones entre los componentes de su estructura, para analizar, describir y explicar la formación de la competencia asesoría psicopedagógica y así extraer conclusiones de tipo predictiva.

El modelo de formación de la competencia asesoría psicopedagógica debe ofrecer una representación conceptual a partir de los elementos teóricos asumidos y su implicación en la formación inicial del profesional de Pedagogía-Psicología. Los fundamentos teóricos esenciales para la elaboración del modelo son los siguientes:

La relación del profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial, con el sujeto objeto de asesoría en la práctica, favorece la formación de la competencia asesoría psicopedagógica en el asesor e influye en la transformación del asesorado. Esta ocurre en correspondencia con las necesidades sociales, laborales e individuales y los intereses profesionales e individuales de los participantes en un contexto históricamente determinado.

La actividad comunicativa se redimensiona en la competencia asesoría psicopedagógica en las relaciones que se establecen entre los participantes. El profesional de Pedagogía-Psicología interviene como asesor psicopedagógico de directivos y docentes de forma sistemática a partir de relaciones de ayuda bajo normas de relaciones interpersonales regidas por la comunicación basada en el respeto al criterio del otro y la colaboración desde juicios científicos. La comunicación en el ejercicio de la asesoría psicopedagógica permite la actuación regulada por el sujeto, mediadora del cambio sobre elementos objetivos de la práctica.

Las relaciones sociales que establece el profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial determinan su conciencia social como transformador del medio y de sí, lo que contribuye a formar la competencia asesoría psicopedagógica. La actuación consciente del profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial como ser social al ejercer la asesoría psicopedagógica, determina su conciencia social en la asunción de su rol como asesor y la responsabilidad que tiene ante el cumplimiento de los objetivos planteados entre los participantes.

El profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial advierte elementos significativos desde la socialización que establece en la asesoría psicopedagógica e internaliza aquellos que marcan su desarrollo en correspondencia con la forma en que vive subjetivamente su experiencia. La competencia asesoría psicopedagógica parte de la configuración psicológica de acuerdo con las exigencias profesionales y se concreta en el desempeño profesional de manera consciente.

La personalidad es el soporte configuracional de la competencia asesoría psicopedagógica que se forma en correspondencia con los objetivos profesionales, las necesidades sociales e individuales, así como por las condiciones contextuales. Las competencias se definen por la concreción en la actividad de la integración de contenidos y recursos personales, de acuerdo con las demandas que la propia actividad le hace al profesional.

Los elementos interiorizados por el profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial se configuran subjetivamente en formas de sentir, pensar y actuar en correspondencia con la situación y exigencia social. La competencia asesoría psicopedagógica distingue la implicación del sujeto en la actividad, los aspectos funcionales de la personalidad logrados a partir de los contenidos y recursos personales interiorizados y su concreción en la práctica.

Formar la competencia asesoría psicopedagógica en el profesional de Pedagogía-Psicología es ponerlo al nivel de su tiempo, para que pueda alcanzar los objetivos de su formación inicial de acuerdo con las exigencias sociales. Permite la autorregulación de su actividad profesional desde la posibilidad de repensar, por medio del control valorativo, su propio proceso de asimilación del conocimiento o el desempeño profesional.

Es preciso tratarla desde la cohesión de las acciones de los agentes formativos que intervienen durante el proceso, a partir de un modelo pedagógico coherente con las exigencias sociales y profesionales. En tal sentido, se advierte un sujeto activo en su formación, generador y constructor de su subjetividad en correspondencia con el significado para sí, de lo aportado por los agentes formativos en la práctica. De estos elementos de valor interiorizados se configura y expresa su desempeño la competencia profesional.

En tal sentido, se considera que la formación de la competencia asesoría psicopedagógica del profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial es proceso y resultado de la interiorización y exteriorización de contenidos y recursos personales elaborados de forma activa durante la carrera desde las relaciones sociales en la universidad y el desempeño profesional en la práctica laboral investigativa.

El tratamiento de los agentes formativos a la formación de la competencia asesoría psicopedagógica, depende en buena medida de la comprensión de las características de esta, esbozadas en los párrafos anteriores. Se h de partir d la comprensión general y específica, de las competencias profesionales de manera general y de la competencia asesoría psicopedagógica de forma particular.

Premisas para el modelo de formación de la competencia asesoría psicopedagógica en el profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial

La formación de la competencia asesoría psicopedagógica implica la asunción de contenidos y recursos personales que se generalizan en y desde el desempeño profesional como concreción del proceso de ayuda colaborativa, sistemática, flexible y preventiva que transforme las formas de sentir, pensar y actuar de los asesorados en su proceso de cambio profesional contextual; en la transformación de los sujetos, el medio profesional y de sí mismo.

El profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial, durante la formación de la competencia asesoría psicopedagógica debe lograr autorreconocimiento como asesor psicopedagógico, que le permita determinar la dirección de sus acciones hacia el objetivo formativo propuesto. La formación de la competencia asesoría psicopedagógica depende de la interacción recíproca entre lo subjetivo, que radica en lo interno del sujeto y lo objetivo fuera de su conciencia, dado en lo que encuentra en la práctica; estas relaciones generan contradicciones que llevan a la búsqueda de sus soluciones y en consecuencia a estadios superiores en el desarrollo.

La formación de la competencia asesoría psicopedagógica requiere de elevados niveles de interacción con los agentes formativos y con los sujetos objeto de asesoría. En el proceso de acompañamiento, de asesoría psicopedagógica en la práctica, se alcanzan integraciones de recursos, de coordinación y colaboración entre profesionales con el propósito de cumplir el objetivo propuesto en la actividad y favorecer así la formación de la competencia. De esta manera se fomenta una manera de sentir, pensar y actuar dirigida a dar solución al problema profesional relativo a la asesoría psicopedagógica en el profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial.

Los aspectos señalados hasta aquí permiten determinar cómo premisas para la formación de la competencia asesoría psicopedagógica:

La interiorización y exteriorización de contenidos y recursos personales prepara al profesional de Pedagogía-Psicología en formación inicial en formas de sentir, pensar y actuar en correspondencia con la situación y exigencias de la asesoría psicopedagógica.
La implicación de este en el proceso, que deviene autonomía en la integración de los recursos personales y contenidos que precisa su práctica.

Conclusiones

Los elementos abordados son fundamentos necesarios para la estructuración del modelo pedagógico de forma sistémica. Estos permiten orientar la formación de la competencia asesoría psicopedagógica ajustada a la realidad práctica, contextualizada a las exigencias del desempeño del profesional de Pedagogía-Psicología de estos tiempos. Constituye un reto y una necesidad contemporánea, reclamada por la sociedad y por el Modelo de formación de este profesional. Los fundamentos ofrecidos reconocen puntos de partida que son indispensables para su tratamiento.

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