Enfoque interprofesional de la evaluación en la formación del profesor de la Educación Infantil                                                                                

Interprofessional approach to evaluation in the training of early childhood education professionals


Nancy de las Mercedes Gallardo Machado, ngmachado@uclv.cu

Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas; Santa Clara, Villa Clara, Cuba

 https://orcid.org/0000-0002-7919-9491

Milagros Mederos Piñeiro, milagrosmp@uclv.cu

Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas; Santa Clara, Villa Clara, Cuba

 https://orcid.org/0000-0002-0871-2219

Tania Robaina Pedrosa, taniarp@nauta.cu

Universidad Ciencias Médicas, Villa Cara, Cuba

 https://orcid.org/0000-0003-2018-900x

DOI: 10.5281/zenodo.7873353


Palabras clave

Formación docente
Educación Infantil
Enseñanza Interprofesional
Evaluación


Resumen: El presente trabajo tiene el objetivo de reflexionar acerca de la evaluación con enfoque interprofesional y sus particularidades en los diferentes contextos de actuación profesional de los estudiantes de las carreras de la Educación Infantil; este tipo de evaluación está fundamentada en la integración de los diferentes componentes del proceso. El cambio del enfoque tradicional de formación al de un profesional de perfil amplio, implica que la evaluación responda a las exigencias del trabajo colaborativo, en equipos, en el que participen profesionales de diferentes campos de especialización para la toma de decisiones, en las potencialidades que tienen las prácticas colaborativas e innovadoras, el aprendizaje basado en problemas, la solución de problemas profesionales, las simulaciones, el trabajo con proyectos y el método de casos de estudios, como expresión de la dirección del proceso de formación con carácter innovador.

 


Keywords

Professional Training
Early Childhood Education
Interprofessional Education
Evaluation


Abstract: The present work has the objective to reflect on the evaluation with an interprofessional approach and its particularities in the different contexts of professional performance of students of the Early Childhood Education careers; this type of evaluation is based on the integration of the different components of the process. The change from the traditional training approach to that of a professional with a broad profile, implies that the evaluation responds to the demands of collaborative work, in teams, in which professionals from different fields of specialization participate for decision-making, in the potentialities that collaborative and innovative practices have, problem-based learning, professional problem solving, simulations, project work and the case study method, as an expression of the direction of the training process with an innovative nature.

 


 

 

 

Cómo citar:

Gallardo, N., Mederos, M. y Robaina, T. (2023). Enfoque interprofesional de la evaluación en la formación del profesor de la Educación Infantil Revista Varela, 23(65), 116-123.

Recibido: enero de 2023, Aceptado: marzo de 2023, Publicado: 1 de mayo de 2023


Introducción

En el marco de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) y en aras de lograr una educación inclusiva y equitativa de calidad y el aprendizaje permanente para todos (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], 2016), la formación de los profesionales de la educación debe estar dirigida a que los estudiantes adquieran sólidos conocimientos científicos que los preparen, tanto para la vida social, personal como para el mundo del trabajo.

Para responder a los objetivos de la EDS, la UNESCO (2020) señala que es necesario el “fortalecimiento de las capacidades de las y los educadores, la atención se centra en empoderar a los educadores con los conocimientos, las habilidades, los valores y las actitudes necesarias para la transición a la sostenibilidad” (p. 30). Se espera que empleen prácticas innovadoras con la participación de diferentes profesionales en el logro de una meta común.

La práctica interprofesional es recurrente en la formación de profesionales en Europa, Estados Unidos, Canadá y América Latina. La reconocen como: “Estrategia para fortalecer la capacidad de los recursos humanos para la salud, mejorar los resultados de salud y, en última instancia, fortalecer los sistemas de salud” (Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud [OMS-OPS], 2016, p. 1). En América Latina la Red Regional de Educación Interprofesional de las Américas (REIP) propicia el intercambio y la difusión de experiencias, conocimientos, evidencias científicas, así como metodologías y recursos interprofesionales (De Sousa et al., 2017).

En Cuba son múltiples las investigaciones sobre la práctica interprofesional en las ciencias médicas, entre ellas las de: García et al. (2018) investiga la formación del recurso humano como expresión del trabajo en equipo y Llano et al. (2019) aborda la interprofesionalidad de la preparación del claustro de la universidad; sin embargo, no se encontraron evidencias de investigaciones acerca de la educación interprofesional en las ciencias pedagógicas en el país.

Las universidades tienen la misión de formar profesionales capaces de impulsar el desarrollo sostenible de la sociedad y trazar nuevas políticas, estrategias de cambios y planes de estudios, que respondan al contexto nacional e internacional, para la solución de los problemas profesionales y necesidades del país.

En la Facultad de Educación Infantil se forman profesionales de la Educación Primaria, Prescolar, Especial, Logopedia, Pedagogía-Psicología y Educación Artística con un perfil amplio, dotados de conocimientos, con elevada preparación política e ideológica, psicológica, pedagógica y didáctica (Ministerio de Educación Superior [MES], 2016 a,b,c,d,e). Se preparan para resolver problemas de la profesión en sus contextos de actuación y trazar estrategias coherentes e integrales con la participación de otros profesionales, de manera que cada cual, con su actuación individual complementen lo que aporta el otro, sin ser absolutos, sino con el conocimiento colectivo bajo relaciones interprofesionales.

La educación interprofesional de los estudiantes que se forman en la Educación Infantil constituye una necesidad, por la diversidad de educandos según los momentos del desarrollo y problemáticas en que se desenvuelven, permite que se logre el desarrollo de habilidades profesionales que caracterizan los modos de actuación profesional, desde los diferentes componentes del proceso de formación, entre ellos se destaca la evaluación del proceso, como componente regulador. Si se realiza con enfoque interprofesional, constituye una potencialidad para valorar en qué medida se logra la formación de un profesional de amplio perfil, con valores éticos propios de la profesión y comprometido con la solución de los problemas a los que se enfrentan. Justamente este trabajo tiene el objetivo de reflexionar acerca de las particularidades de la evaluación con un enfoque interprofesional en el proceso de formación de la Educación Infantil.

La evaluación: un componente esencial en el proceso de formación del profesional

En el ámbito académico la evaluación ha tenido diferentes enfoques con características específicas, aunque en cualquier caso hay dos actores fundamentales: evaluador y evaluado. Autores como: Guba y Lincoln (1989), Vaca (1996) y Worthen y Sanders (1987), se refieren al desarrollo de la evaluación y coinciden que su evolución inicia a principios del siglo XX; primero fue entendida como medición y descripción de la realidad, y aunque primitiva, se utiliza en la actualidad para evaluar la eficiencia de los sistemas educativos con criterios medibles mediante indicadores, porcentajes y estándares.

En los años 30 del pasado siglo la evaluación se realiza a partir de la determinación de objetivos, como una descripción de las fortalezas y debilidades con respecto a los objetivos establecidos, aun con carácter medible. En los años 60 comienza a esgrimirse la idea de una evaluación para emitir juicios, estimar el valor de lo evaluado, o sea, para determinar la calidad y efectividad de lo que se evalúa (Worthen y Sanders, 1989) y poco a poco transita a la evaluación como un proceso integral, consubstancial de la función educativa, encaminada a mejorar el sistema educativo (Vaca, 1996)

En las décadas de los ochenta y noventa, con el surgimiento de la “pedagogía crítica”, se fortalece la educación problematizadora y el análisis crítico de la realidad, que conduce a la construcción del conocimiento y se concibe la evaluación como transformación de la realidad (Vargas, 2001).

En esencia, la evaluación transita de ser sinónimo de medición (de corte positivista, conductista), donde el énfasis estaba puesto en los resultados finales (evaluación que no concibe los valores) a una medición objetiva con una de mayor amplitud y complejidad, que reconoce las implicaciones éticas y morales de los participantes y que tiene en cuenta la justicia, equidad, con un carácter educativo.

En el contexto educativo actual es recurrente que se clasifique la evaluación en: diagnóstica, sumativa y formativa, en correspondencia con el momento en que se aplica. La diagnóstica se realiza en el momento inicial y en distintos momentos del proceso, permite identificar y utilizar continuamente los conocimientos previos de los alumnos luego de que se inicia una clase, tema o en análisis psicopedagógico, evidenciando cómo y cuál es la mejor manera de que los nuevos conocimientos sean aprendidos.

La evaluación diagnóstica recoge, además, sentimientos, valores y la actitud del estudiante ante el estudio. Para la realización de este tipo de evaluación se sugiere la aplicación de diferentes técnicas diagnósticas: observación, entrevistas, debates, exposición de ideas, pruebas objetivas, cuestionarios abiertos y cerrados, mapas conceptuales, entre otras.

La evaluación sumativa o evaluación final establece un balance general de los resultados conseguidos al finalizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, con el empleo de instrumentos de evaluación formal confiables: pruebas, informes, trabajos, proyectos de fin de clase o examen final (Sánchez, 2017). Tiene el objetivo de evaluar el aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes al final de un período, año o semestre comparándolos con un estándar o punto de referencia académico (objetivos), generalmente se realiza al final del año escolar para calificar el éxito o fracaso del estudiante.

La evaluación formativa está dirigida a cómo está ocurriendo el proceso y el sentido de la significatividad de los aprendizajes, en ella los “errores” cometidos por los estudiantes son valorados (López, 2017). Permite al estudiante evaluar por sí mismo lo que sabe o no sabe (autoevaluación), sirve para diagnosticar cómo se asimilan los aprendizajes (Casanova, 2007; Sánchez, 2018). Se considera una evaluación para el aprendizaje, a diferencia de la sumativa que está más dirigida a la evaluación del aprendizaje (Martínez, 2009, 2013). En la formativa no solo interesa qué saben los estudiantes, sino qué deben hacer los profesores en respuesta a los indicadores obtenidos.

En la Educación Superior cubana se asume la evaluación como una especial actividad cognoscitiva del estudiante, con un enfoque cualitativo-integrador, centrado en el desempeño de los estudiantes tiene carácter formativo y cumple diferentes funciones: diagnóstica, control, instructiva, educativa y desarrolladora. Al respecto, Horruitiner (2006), se refiere a las funciones y señalan que la diagnóstica permite analizar si los resultados obtenidos se corresponden con los objetivos establecidos, permite determinar las acciones para la mejora de la calidad del proceso.

En el caso del enfoque interprofesional, la evaluación debe valorar la capacidad de los estudiantes para relacionarse con los especialistas de otras profesiones que tienen implicación directa en el desarrollo y educación de los aprendices. Acerca de estas cuestiones tratará el siguiente epígrafe.

La evaluación con enfoque interprofesional en la formación de los profesionales

La educación interprofesional es una tendencia que tiene amplia aceptación a nivel internacional, fundamentalmente entre profesionales de las ciencias médicas, aunque hay algunas experiencias en la educación. En Cuba, las experiencias exitosas se localizan, tanto en la formación de pregrado como posgrado de las Ciencias Médicas.

Entre las concepciones teóricas acerca de la educación interprofesional están las que lo asumen como parte de la formación del profesional y tienen un amplio desarrollo en el Reino Unido en el Centro para el Progreso de la Educación Interprofesional (Centre for the Advancement of Interprofessional Education­­, donde se forman profesionales de la salud. La consideran como un tipo de educación que ocurre cuando dos o más profesiones aprenden con, desde y sobre la otra, mejorando la colaboración y la calidad de los cuidados y servicios (Barr y Low, 2011).

Entre los investigadores que estudian la educación interprofesional se destacan: Fernández et al. (2014) quienes estudian los procesos de coordinación interprofesional y la cultura de colaboración en prácticas inclusivas y Orsini et al. (2019) se ocupan del trabajo en equipo y la resolución de problemas en la enseñanza de la odontología, entre otros.

En Cuba, las investigaciones se concentran en las Ciencias Médicas y están relacionadas con la formación de los recursos humanos, como expresión del trabajo en equipo en el ejercicio de la profesión. Al respecto, García et al. (2018) la definen como:

(…) el proceso en el cual proveedores de distintos antecedentes profesionales y disciplinares se reúnen para resolver problemas y participan en la toma de decisiones, reconociendo responsabilidad compartida de los resultados, para proporcionar así una atención integral a pacientes, sus familiares y la comunidad. (p.23)

Llano et al. (2019) se refieren a la preparación del claustro de la universidad para utilizar la educación interprofesional como herramienta pedagógica en la formación de los profesionales, Herrera (2019) como proceso innovador y Mayedo et al. (2019) como enfoque innovador para aplicarlo a la evaluación en la asignatura de inglés.

En el estudio bibliográfico realizado no se encontraron antecedentes de investigaciones acerca de la educación interprofesional en las Ciencias Pedagógicas, sin embargo, en el contexto mundial actual, ante el desafío que los profesionales estén capacitados para asumir el desarrollo científico-técnico y el desarrollo sostenible, se justifica su educación en los profesionales de la Educación Infantil y pone nuevos retos a la formación del profesional.

La educación interprofesional en el contexto pedagógico implica que el proceso de formación en las carreras esté dirigido a que los estudiantes adquieran conocimientos, desarrollen habilidades profesionales y valores éticos de la profesión en los diferentes escenarios de formación. Constituye una potencialidad porque exige que los estudiantes autogestionen su propio aprendizaje, aprendan y socialicen sus conocimientos, a partir de las interacciones y el trabajo en equipos con diferentes profesiones, donde debaten casos reales del contexto de actuación profesional y aprenden de otras profesiones.

En este proceso aprenden a respetar las demás profesiones, conocen las funciones mutuas para abordar un problema y se identifican con las problemáticas que necesitan de la participación colegiada de varios profesionales para su solución, las que pueden ser: de aprendizaje, educativas, de las familias o comunitarias.

Se emplea una didáctica innovadora, que transforma la proyección del objetivo hasta el rol de profesores y estudiantes, transitando por los diferentes componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje.

El componente se asume con un enfoque interprofesional, carácter individual y colectivo, debe realizarse de manera continua, como regulador del proceso. Promover la discusión de alternativas y procedimientos, emplear la crítica, la autocrítica como método habitual y procedimientos integradores: la autoevaluación, coevaluación, heteroevaluación para la reflexión, colaboración e intercambio entre los estudiantes.

En la concepción de la evaluación interprofesional deben emplearse nuevas formas para su realización y criterios evaluativos que posibiliten la valoración del desarrollo de habilidades y modo de actuación profesional de los implicados. Diseñarse con la utilización de todas las vías que promuevan el desarrollo y la capacidad para aprender entre estudiantes, tanto en el orden cognitivo como formativo, y aplicarse en los diferentes escenarios de formación: académico, laboral-investigativo y extensionista.

En el escenario académico la evaluación con enfoque interprofesional no es una práctica aislada, debe verse dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje y desarrollarse de forma consciente, elementos que evidencian la transformación en su diseño y aplicación.

Desde este enfoque cambia el rol del profesor y del estudiante. El profesor dirige el proceso de enseñanza-aprendizaje en correspondencia con las tendencias actuales de la didáctica en la Educación Superior (MES, 2016f) con creatividad pedagógica; transforma las maneras de concebir y dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Debe partir del establecimiento de objetivos, contenidos, métodos que propicien las relaciones interprofesionales, lo que determina cómo se van a evaluar los aprendizajes y la participación que tendrán los estudiantes de las diferentes profesiones en ese proceso. La determinación de los objetivos de aprendizaje que deben lograr los estudiantes funciona como referente para analizar los avances y dificultades; conocen desde el primer momento qué exigencias deben vencer y qué criterios se tendrán en cuenta para valorar sus logros.

La mediación pedagógica del profesor favorece que los estudiantes aprendan de sus propias experiencias y vivencias, realicen un aprendizaje reflexivo, crítico, analítico, que genere participación activa, propositiva, significativa y compromiso de transformar su contexto profesional y social (Martínez, 2009).

El rol de los estudiantes es más protagónico; evidencian sus conocimientos, habilidades profesionales y creatividad, cada uno desde su posición, reflexiona y toma conciencia crítica de sus avances y resultados de los aprendizajes. Desarrollan actividades de evaluación en las que tienen que compartir el trabajo con estudiantes de otras profesiones para solucionarlas y llegar a conclusiones. La evaluación tiene carácter cualitativo y formativo, con criterios que valoran sus desempeños y capacidad de autoevaluación, espíritu crítico y autocrítico.

La evaluación interprofesional cambia su carácter tradicional, son actividades evaluativas que contienen experiencias de aprendizajes de la profesión; tareas diversas que requieren para su solución de la aplicación de distintas áreas del conocimiento, de las habilidades profesionales desarrolladas por los estudiantes de forma ascendente, según año académico, y de la autonomía alcanzada en el desempeño de sus funciones.

Debe estar orientada a la acción, que prepare a los estudiantes para transformar el contexto profesional, obtener mejores resultados en su desempeño profesional y contribuir así, al desarrollo sostenible de la sociedad. Se parte del diseño de situaciones pedagógicas en escenarios en los que los futuros profesionales de las diferentes especialidades desarrollan su labor, realizan de conjunto actividades para su solución que concluyen con sesiones de reflexión de la práctica realizada.

La evaluación con enfoque interprofesional en las carreras de la Educación Infantil

Para lograr la evaluación con enfoque interprofesional en las carreras de la Educación Infantil, se debe intencionar la educación interprofesional, para contribuir al cumplimiento de las aspiraciones de sus modelos de formación (MES, 2016f) donde se plantea que debe lograrse:

(…) una preparación integral de los profesionales para que asuman la atención a la diversidad, como una postura pedagógica que incluya las diferencias de sexo, culturales, el desarrollo y en el aprendizaje de los niños, adolescentes y jóvenes como fundamentos de prácticas cada vez más inclusivas. (p. 1)

Se fundamenta esta afirmación en la convergencia de la educación profesional con las exigencias de una sociedad en constantes cambios; donde la ciencia y la innovación direccionan el desarrollo sostenible. En la urgencia de cambiar el enfoque tradicional de formación hacia uno que posibilite el egreso de un profesional de perfil amplio, con capacidad de trabajo colaborativo y en equipos, donde profesionales de diferentes campos de especialización aprendan de los otros, trabajen hacia una meta común y donde el liderazgo del equipo esté determinado por la complejidad del problema a resolver, no por la jerarquía, esto implica formas innovadoras de concebir el proceso en cada escenario de formación.

En la necesidad de integrar los diferentes componentes del proceso de formación: lo académico, laboral-investigativo y extensionista, para el desarrollo de las habilidades profesionales y modos de actuación profesional (MES, 2016f). En la pertinencia de formar a los futuros profesionales atendiendo a las prioridades de las instituciones educativas y a las propias del estudiante, con habilidades para trazar estrategias de comunicación, solucionar conflictos y tomar decisiones compartidas eficaces.

La educación interprofesional requiere de una dirección del proceso de formación con un enfoque innovador, lo que implica cambios en las formas de diseñar la evaluación, coincidiendo con lo planteado por Murillo (2017), acerca de la necesidad de crear un ambiente innovador para el aprendizaje; de igual forma se concuerda  con Ferreiro (1999), quien la considera como una forma diferente de organizar la enseñanza y el aprendizaje, que permite la creación de una situación educativa centrada en el alumno, para fomentar su autoaprendizaje y el desarrollo de su pensamiento crítico y creativo mediante el trabajo en equipos cooperativos.

El diseño didáctico de los ambientes de aprendizajes innovadores requiere de formas novedosas de proyectar la evaluación, que desarrollen la actividad mental de los estudiantes y el aprendizaje de forma autónoma en situaciones diversas, según lo planteado por Serrano de Moreno (2002). Son evaluaciones donde buscan información sobre una problemática que deben resolver en su contexto de actuación profesional, referencian lo leído, organizan la información y redactan un informe con propuestas de cómo organizar la estrategia de intervención, definen los participantes y las responsabilidades que deben asumir, o sea, que aprenden a planificar, organizar, ejecutar, controlar y evaluar las estrategias.

Deben estar dirigidas a la realización de sesiones de discusión, debates donde realicen preguntas, opinen, argumenten y contrasten sus opiniones con las de otros compañeros, ante diferentes problemáticas profesionales. En estas evaluaciones deben aplicar conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales relacionados con la actividad profesional

La evaluación con enfoque interprofesional exige de los profesores que conciban las actividades evaluativas donde los estudiantes reflexionen qué deben aprender, cómo y para qué, en tareas diversas e innovadoras que integren los componentes académico, laboral e investigativo, extensionista y los acerque a su contexto de actuación profesional. Los profesores deben lograr que la evaluación ofrezca información de la adquisición de conocimientos, valores y habilidades profesionales desarrolladas en los estudiantes para insertarse en las instituciones educativas, con actitudes flexibles, autonomía y apertura al cambio.

Los profesores para aplicar la evaluación interprofesional pueden emplear las tecnologías de la información, que posibilitan la generación de dinámicas que movilizan los procesos de pensamiento, mayor autorregulación y autogestión del conocimiento, mediado por el uso de estrategias metacognitivas y los propios aprendizajes que se generan. Deben favorecer la creación de entornos de aprendizaje con interactividad para evaluar, la solución de tareas problematizadoras, en las que utilicen herramientas tecnológicas: wikis, foros, blogs, entre otras. Evaluar con métodos de aprendizaje interactivos como: grupos de discusión, reuniones presenciales y semipresenciales, conversaciones mediante correo electrónico, además por portafolios, simulaciones u otros tipos de tareas, según el objetivo a evaluar.

El componente laboral es un escenario de formación por excelencia para realizar la evaluación con enfoque interprofesional, en ella se evalúa el desempeño de los estudiantes en condiciones reales, vinculados al objeto y esfera de actuación profesional. En la práctica laboral se formaliza el principio marxista y martiano de combinar el estudio con el trabajo, relacionando la teoría con la práctica. Integra en un sistema las actividades académicas, laborales y extensionistas, de acuerdo con las particularidades de cada carrera, para lograr los objetivos.

Constituye la vía fundamental para que los estudiantes muestren las habilidades profesionales desarrolladas (según el año académico), así como el cumplimiento de las funciones del educador en la solución de los problemas profesionales. Permite apreciar y evaluar los modos de actuación profesional, al integrar los saberes en los procesos que tienen lugar en las instituciones educativas (curricular y extracurricular).

Se concibe desde los programas de asignaturas de las diferentes prácticas en cada año, en los que se programan la realización de actividades interprofesionales, creativas e inclusivas, que se realizan en las instituciones educativas y participan los estudiantes de las diferentes profesiones (Educación Primaria, Prescolar, Especial, Logopedia, Pedagogía-Psicología y Educación Artística).

En la evaluación los estudiantes diagnostican a escolares, familias y el entorno; modelan estrategias educativas y de enseñanza aprendizaje para la solución de problemas en los diferentes contextos de actuación profesional; dirigen el proceso educativo en general y el de enseñanza-aprendizaje en particular. Entre ellas pueden mencionarse:

-          Dibujando los límites: Este tipo de actividad parte de un problema profesional pedagógico en el que se decide qué profesiones deben estar involucradas para su solución. Deben discutirse los límites y la responsabilidad de cada miembro del grupo, y por la complejidad del problema, qué especialidad (profesión) debe liderar el grupo de trabajo. En estos intercambios debe propiciarse la reflexión, el debate y la puesta de acuerdo para tomar las decisiones pertinentes.

-          Actividades extracurriculares: estas actividades integran lo académico, lo laboral y extensionista. Se elaboran actividades de acción en las familias y comunidades. Deben desarrollarse estrategias preventivas, de intervención y evaluación, en estas actividades los estudiantes profundizan en el trabajo con las familias y el comunitario, como parte de la función de orientación educativa que deben realizar en sus contextos de actuación profesional.

Deben planificarse actividades colaborativas con miembros de las instituciones de la comunidad (consultorio médico, instituciones culturales, entre otras) y de la red educativa para realizar trabajo preventivo comunitario.

-          Grupos interprofesionales: Los estudiantes se organizan en el cumplimiento de tareas de orientación educativa y diagnóstica con las familias, las relacionadas con la dirección del proceso y el aprendizaje. En ellas las prácticas proporcionan una combinación de experiencias de cada profesión y la planificación de estrategias preventivas, de intervención. Elaboran preguntas, revisiones y preparación de materiales de aprendizaje con prácticas colaborativas, tomando como referencia el trabajo individual de los miembros del equipo.

Debatiendo y aprendiendo: Desarrollo de talleres con enfoque interprofesional donde se exponen experiencias de sus aprendizajes y buenas prácticas colaborativas. En ellos además valoran las potencialidades que tuvo el trabajo interprofesional en la solución de las problemáticas en que trabajaron. De igual forma se discute las principales insuficiencias y cómo enfrentarlas.

Deben desarrollarse talleres utilizando métodos de aprendizaje interactivos, incluyendo la resolución de problemas en grupo, enfoques de estudio de casos, escenarios de roles, planificación conjunta de estrategias, el desarrollo de proyectos de intervención, con el objetivo de desarrollar las habilidades de trabajo interprofesional en grupos multidisciplinarios.

Al concluir el periodo de práctica laboral debe valorarse el desarrollo de las habilidades profesionales, si el estudiante es capaz de diseñar acciones, controlar los mecanismos de interacción en el grupo, de orientarse en su relación con el auditorio y proyectar el trabajo preventivo, correctivo y educativo, con creatividad e implicación de otros profesionales.

Conclusiones

El cambio del paradigma de transmitir contenidos al de enseñar a aprender y autogestionar el conocimiento, conlleva a utilizar didácticas innovadoras y nuevas formas de evaluar el proceso de formación. La evaluación con enfoque interprofesional es una opción para valorar con mayor objetividad el desarrollo de las habilidades profesionales y modo de actuación profesional en la solución de problemas de la profesión; constituye una manera innovadora de evaluar el proceso de formación y un reto para continuar profundizando en las diferentes formas de cómo aplicarla.

La evaluación con enfoque interprofesional pone a los estudiantes ante problemas pedagógicos que solucionan con la colaboración de diferentes profesionales de la educación u otras áreas del saber, mediante el desarrollo de estrategias donde cada profesional tiene su rol y responsabilidades en la toma de decisiones para cumplir el objetivo propuesto. Es una vía para valorar la adquisición de los conocimientos y el desarrollo de habilidades de trabajo en grupo, donde prima el respeto al otro, la asertividad y socialización de los conocimientos aprendidos.

La evaluación interprofesional, por un lado, brinda información acerca de cuán preparados están los estudiantes para enfrentar los problemas de su esfera de actuación profesional, basados en la ciencia y la participación de diferentes profesionales de la educación y otras áreas del saber y, por otro lado, es una herramienta que brinda información para mejorar el desarrollo curricular en las carreras y la calidad del proceso de formación.

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