El maestro como mediador en valores para mejorar la convivencia escolar en la básica primaria                                                                                     

The teacher as a mediator in values to improve school coexistence in elementary school


Violis Johana Núñez Escobar, ft.violisn@gmail.com

Institución Educativa Técnico Distrital Helena de Chauvin Colombia

 https://orcid.org/0009-0003-2081-0633

DOI: 10.5281/zenodo.8253756


Palabras clave

Estrategia pedagógica
Valores
Educación en valores
Convivencia escolar
Básica primaria


Resumen: El presente artículo aborda el tema de los valores como estrategia pedagógica para mejorar la convivencia escolar desde la práctica educativa del docente. A partir de una reflexión teórica, se analiza a nivel global la problemática de la convivencia escolar debido a la falta de valores en los educandos, tanto en el marco particular del estado de Colombia y la ciudad de Barranquilla. Si bien la educación en valores inicia desde los hogares, la escuela, como entorno de socialización, tiene la responsabilidad de promover y fortalecer los valores con el fin de crear un ambiente de convivencia saludable para todos los miembros de la comunidad educativa. Los docentes están llamados a cumplir con esta loable labor. Por lo tanto, el artículo brinda una oportunidad para reflexionar y reconsiderar la labor del maestro como mediador y educador en valores, no solo enseñando con el ejemplo, sino a través de estrategias pedagógicas y actividades del agrado de los estudiantes. Esto, consecuentemente, ayudará a mejorar la convivencia escolar, impactando a largo plazo en toda la comunidad educativa.

 


Keywords

Pedagogical strategy
Values
Education in values
School coexistence
Elementary school


Abstract: This article addresses the issue of values as a pedagogical strategy to improve school coexistence from the educational practice of the teacher. Starting from a theoretical reflection, the problem of school coexistence due to the lack of values in the students is analyzed at a global level, both in the particular framework of the state of Colombia and the city of Barranquilla. Although education in values begins at home, the school, as a socialization environment, has the responsibility of promoting and strengthening values in order to create a healthy coexistence environment for all members of the educational community. Teachers are called to fulfill this praiseworthy task. Therefore, the article provides an opportunity to reflect and reconsider the work of the teacher as a mediator and educator in values, not only teaching by example, but through pedagogical strategies and activities that students like. This, consequently, will help to improve school coexistence, having a long-term impact on the entire educational community.

 


 

 

 

Cómo citar:

Núñez, V. (2023). El maestro como mediador en valores para mejorar la convivencia escolar en la básica primaria Revista Varela, 23(66), 184-191.

Recibido: febrero de 2023, Aceptado: abril de 2023, Publicado: 1 de diciembre de 2023


Introducción

Los seres humanos somos seres sociales, por tal razón nadie puede vivir en total aislamiento, dado que es necesario interactuar con otras personas, para estar en armonía en todas las áreas de la vida; no obstante, el convivir con otros no es tarea fácil, ya que intervienen de forma negativa algunos aspectos relacionados con factores de orden social, religioso, cultural o económico, entre muchos otros factores.

El vocablo valor, tiene su origen en el latín “valere” cuyo significado es “ser fuerte”. Aludiendo los principios, creencias, cualidades, reglas o convicciones, inherentes a las características de cada ser humano y que le ayudan a través de su comportamiento a desarrollarse como buenas personas y a escoger entre unas u otras situaciones o cosas, o sobre lo que es importante, bueno, apropiado, correcto y útil para sí mismo (Leinen et al., 2021).

Los valores comprometen emociones y sentimientos y hacen posible que los seres humanos puedan establecer cuáles son sus prioridades y de esta forma orientarse al desarrollo de su todo su potencial; es decir lograr autor realizarse. Al respecto, Mockus (2002), explica que la convivencia escolar representa la aspiración de convivir de forma efectiva y deseable entre los miembros de una comunidad educativa, a pesar de las diferencias en sus orígenes, con el objetivo de alcanzar un ideal de vida en común.

El significado, transmisión o difusión de los valores puede variar ya que estos son conceptos creados por los seres humanos según sus experiencias y necesidades, es decir; de cualidades que tienen para sí, una razón de ser en su vida, los valores adquieren o pierden sentido según el grado de cultura que tengan los pueblos, tienen además al igual que la humanidad una historia. Esto no quiere decir que sean inventados por el hombre o les asignen arbitrariamente un “valor”, sino que a lo largo de la historia y las culturas los valores varían, esto depende de la percepción e importancia que el ser humano tenga de las cualidades o atributos de las cosas, el cual va variando con el paso del tiempo, las características personales, circunstancias espaciales, también de acuerdo a la condición política, económica, cultural y racial de los pueblos.

Los valores desempeñan un papel fundamental en el fomento de una convivencia saludable en cualquier entorno. Especialmente en el contexto escolar, resulta esencial abordarlos, porque constituyen los pilares de las relaciones interpersonales. También, actúan como una brújula que guía la formación de personas equilibradas, lo cual es vital en el ámbito educativo. Por lo tanto, es imprescindible abordar el tema de los valores al hablar sobre cómo lograr una convivencia escolar positiva, ya que representa la base para mantener relaciones armoniosas entre estudiantes, profesores y todos los miembros de la comunidad educativa, (Moreno, y Méndez, 2020).

Ahora bien, en el proceso de formación de la personalidad, los valores desempeñan un papel importante, porque conforman los ejes fundamentales de la estructura interna. También, definen la orientación de los comportamientos de cada individuo, guiando su vida a través de patrones que moldean su conducta. Además, son considerados como la base para una sana convivencia. De ahí que se hace necesario enseñar y transmitir estos valores, como referencias vitales que contribuyen al crecimiento integral de las personas, permitiéndoles convivir en armonía con otros y disfrutar de una vida feliz.

Es importante señalar que nos encontramos en una sociedad donde pareciera escasearan los valores, manifestándose la intolerancia, el irrespeto, la deshonestidad, entre otros aspectos, incluso en los hogares. evidentemente, las instituciones educativas no son ajenas a esta problemática. Por lo tanto, es necesario que en dichas instituciones se promuevan los valores como una estrategia para mejorar la convivencia escolar.  Se deben implementar actividades donde los estudiantes tengan la oportunidad de reflexionar y, de esta manera, descubrir y desarrollar hábitos que les permitan aplicar valores en su vida diaria. Esto contribuirá a su formación integral y permitirá mejorar la convivencia escolar, disminuyendo así los casos de agresividad, intolerancia y faltas de respeto.

La convivencia escolar se define por Furlan et al. (2004), como el conjunto de acciones que posibilitan que las personas puedan coexistir en un ambiente escolar armonioso, destacando el papel importante de la aplicación de valores democráticos y para la paz, junto con el diálogo, el respeto mutuo y la reciprocidad, son elementos esenciales e imprescindibles para lograr una convivencia armónica en el entorno educativo. Vale anotar, que la convivencia escolar no se construye de manera aislada en la escuela, sino que involucra la cultura, el contexto social y los estilos de crianza al interior de las familias, que determinan en gran medida los comportamientos individuales y en comunidad del individuo.

Si bien, las instituciones educativas desempeñan un papel crucial en la educación en valores, es importante reconocer que la familia constituye el primer entorno en el cual se moldea la estructura moral de las personas. Es en el seno familiar donde se fundamentan los cimientos de la conducta que guiará la vida de cada individuo, y es allí donde los niños comparten intereses, afectos y necesidades con sus padres, experimentando sus primeras interacciones sociales (Suárez y Vélez 2018).

Es en el hogar es donde comienza la enseñanza de valores, influenciada por el ejemplo y las acciones de los padres, así como de otros adultos significativos en la vida de los niños. La coherencia y solidez en el comportamiento de los padres brinda estabilidad en la formación del niño. Posteriormente, en las escuelas, es fundamental ampliar, profundizar y fortalecer los valores aprendidos, con el objetivo de dotar a los niños de las habilidades sociales necesarias para contribuir a un desarrollo y evolución plenos a nivel personal y social.

La convivencia pacífica con los demás y el desarrollo pleno de cada ser humano dependen en gran medida de la práctica de valores, lo que contribuye a mejorar la calidad de vida y la convivencia escolar en general. La escuela como ambiente de socialización tiene la responsabilidad de fomentar y fortalecer los valores para lograr un ambiente de convivencia saludable entre todos los integrantes de la comunidad educativa.

Los valores y su importancia en el ámbito escolar

La relevancia de los valores en el ámbito escolar reside en su papel fundamental en la promoción de una convivencia escolar saludable y armoniosa, ya que influyen en el comportamiento de los estudiantes, en sus metas y aspiraciones, con el propósito de guiar en el desarrollo y dirección de sus conductas y las de la sociedad en general.

Desde esa perspectiva, Patarroyo (2002), define a la formación integral como el proceso constante, duradero y participativo que persigue el desarrollo equilibrado y coherente de todas las facetas del ser humano (física o corporal, socio-política, cognitiva, emocional o afectiva, comunicativa, ética- moral y espiritual), con el objetivo de alcanzar su plena realización en la sociedad. Podemos decir entonces que fomentar valores contribuye a la formación de individuos íntegros, los valores desempeñan un papel crucial en la escuela ya que estos ayudan a promover el desarrollo integral de los estudiantes, no solo en términos académicos, sino también en su crecimiento personal, emocional y social.

Por su parte, Tocora y García (2018), consideran que, en un entorno educativo, los valores desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y formación de los estudiantes, ya que son principios o creencias fundamentales que guían el comportamiento de las personas y les ayudan a tomar decisiones éticas. En particular, García et, al. (2018) destacan la importancia de los valores transmitidos por los profesores de secundaria para promover una convivencia escolar positiva. Los valores inculcados en la escuela ayudan a los estudiantes a desarrollar una conciencia de sus responsabilidades como miembros de la sociedad, porque el conocimiento y practica de valores promueven la ciudadanía activa y el compromiso con el bienestar común (Pinto, 2016).

Por todo lo expuesto, se reconoce que inculcar los valores en las personas es tan importante, ya sea en el hogar, escuela y los grupos sociales donde pertenezcan, en especial en los niños, ya que es fundamental que crezcan comprendiendo qué son los valores, cómo funcionan y por qué son importantes, ya que de este modo se les formará con los conocimientos necesarios para actuar en consonancia con ellos.

Por su parte, en Colombia, La Ley General de Educación o Ley 515 (1994), en su artículo 23, plantea como enseñanza obligatoria, el área de educación ética y en valores humanos, en todos los establecimientos oficiales o privados y en todos los niveles de la educación básica y media. También en el artículo 14, en el enciso d, declara que la educación para la justicia, la paz, la democracia, la solidaridad, la confraternidad, el cooperativismo y, en general, la formación en los valores humanos, cuyos objetivos van encaminados en formar al ciudadano colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia, es decir; el ideal cívico de persona que se debe formar.

Rubio (2018), examina la educación en valores en el contexto educativo de Colombia, centrándose en un análisis lógico desde la perspectiva histórica. En dicho estudio, se resalta la importancia de comprender la historia de la educación en valores en Colombia para abordar los desafíos actuales y promover una educación en valores significativos. Los resultados sugieren la necesidad de desarrollar estrategias pedagógicas y programas de formación docente que aborden de manera efectiva la enseñanza de valores en el contexto colombiano y que promuevan una educación en valores coherente, relevante y acorde con las necesidades y realidades del país.

De ahí que es fundamental referirse a la educación en valores en Colombia, como lo refiere Martínez (2006), quien afirma que la formación de valores es una labor pedagógica que debe ser asumida tanto por la familia como por la escuela y otras instituciones encargadas de la socialización. La educación en valores consiste en integrar normas éticas en el proceso de enseñanza- aprendizaje, enseñando ya sea en la casa o la escuela, pautas y principios morales, que direccionen la conducta y el comportamiento hacia el desarrollo de una sana convivencia. El fundamento de la educación en valores es el despliegue tanto las experiencias individuales como las colectivas, con el fin de evaluar determinados comportamientos que se asocian con la reflexión y el bienestar. 

 Chavarrías (2013), sostiene que la educación en valores es un proceso continuo que dura toda la vida, ya que nunca se llega a estar completamente formado en algún valor, puesto que siempre se puede anhelar alcanzar mucho más. Esto le da sentido a la existencia humana, como la constante búsqueda de alcanzar la plenitud en la vida. Desde los hogares educar en valores consiste en el establecimiento de normas o pautas de conducta, en la enseñanza de principios morales y en conducir a los hijos al desarrollo y formación de su identidad y personalidad.

Los encargados de la crianza, como padres y familiares, desempeñan una función crucial en la educación en valores, especialmente durante los primeros años de vida del niño ya que en esta etapa adsorben como esponja todo lo que se  les enseña, además  que se inicia los pilares para formar la identidad del niño, cabe destacar que los valores no solo son enseñados con la teoría sino también con el ejemplo, ya que lo que le modelemos  como padres a nuestros hijos tendrá más influencia en ellos que lo que podamos decir con palabras.

La escuela como institución fortalecedora de la convivencia   

La convivencia refleja la cultura que se desenvuelve en el diario vivir y la forma como interactúan unos con otros, debelando valores, percepciones, credos y reflexiones que se han adquirido. Según Mockus (2003), la convivencia está vinculada a la creación y cumplimiento de normas, tener instrumentos que promuevan la autorregulación social y sistemas que aseguren su cumplimiento, así como el respeto a las diversidades; desarrollar habilidades para arreglar, negociar, respetar y consumar acuerdos, así como forjar vínculos de confianza entre los miembros de la comunidad educativa.

La convivencia en las escuelas debe ser considerada más que un concepto como una práctica del día a día de la rutina escolar, que se manifiesta como una serie de interacciones que poseen una intención y un significado, que pueden ser explícito o implícito y de la cual surgen una sucesión de acciones que llevan a relaciones de proximidad y de conocimiento con otros, permitiendo así que se produzca una red de relaciones interpersonales. Las relaciones de convivencia hacen parte esencial de la vida escolar, dado que con ella se asegura la construcción de espacios fraternales entre los educandos para interactuar bajo los preceptos del dialogo, el entendimiento y el afecto.

Pero no siempre, estas relaciones en la escuela se expresan en armonía y cordialidad, sino que se ven sujetas a conflictos, desacuerdos, intolerancia y violencia, que muchas veces terminan en maltratos físicos y psicológicos. Los problemas de convivencia escolar ocurren por la falta de reconocimiento de las diferencias entre las personas, lo que puede ocasionar intolerancia y falta de respeto (Forgiony, 2019).

La convivencia escolar y su relación con los valores ha sido tema de estudio en muchas investigaciones, entre estas, Pulla (2017) aborda la problemática de la práctica de valores y su impacto en la convivencia escolar a partir de un enfoque que se centra en la orientación pedagógica, didáctica, ética y axiológica, dirigidos hacia el buen trato, la convivencia sana y la sociabilidad integral.

El Ministerio de Educación de Nacional de Colombia, en las Guías pedagógicas para la convivencia (MEN, 2013), ha definido la convivencia escolar como la acción de vivir en compañía de otras personas dentro del entorno educativo, de forma pacífica y armoniosa. La convivencia escolar compromete las interacciones que se dan entre cada uno de los miembros de la comunidad educativa entre sí, en todos y cada uno de los espacios que hacen parte de las escuelas, la convivencia es uno los pilares de la educación en este país ya que esta ofrece la posibilidad de que los miembros de la comunidad educativa puedan vivir y crecer juntos en un estado de respeto, paz, tolerancia y armonía.

Por su parte, en Colombia se destaca el estudio de Trujillo (2018), en el cual se aborda el fenómeno de la violencia escolar como fruto de la falta de formación en valores, Además, se encontró que la formación de la personalidad y la disciplina escolar se ven afectados por factores externos como la familia y la comunidad, así como internos como las actitudes y comportamientos de los propios estudiantes y que la promoción de los valores humanos en la educación puede ser una forma efectiva de mejorar la formación de la personalidad y la disciplina escolar. Como podemos ver en algunos estudios se encuentra relación entre la falta de valores con los problemas de convivencia.

Asimismo, Perico et al. (2016), desarrollaron un proyecto con el objetivo de mejorar la convivencia escolar al disminuir los conflictos entre los niños y niñas del Grado 308 del Colegio Guillermo León Valencia en Boyacá, Colombia, utilizando actividades lúdicas como herramientas para promover valores como el respeto, la tolerancia y el fortalecimiento de la amistad, la confianza y la aceptación dentro del grupo.

La escuela, como institución educativa, desempeña un papel fundamental en la promoción y fortalecimiento de los valores y a través de estos, a su vez de la convivencia entre los estudiantes, el personal docente y la comunidad educativa en general, la escuela es una institución fortalecedora de la convivencia, al fomentar la resolución pacífica de conflictos, valorar la diversidad, fomentar la participación y corresponsabilidad, prevenir el acoso escolar y también a través de la educación en valores ya que tiene la responsabilidad de preparar a los estudiantes para ser buenos ciudadanos, fortaleciendo y afianzando los valores aprendidos en la casa y  transmitiendo y promoviendo valores cívicos, éticos y morales; todos aquellos valores fundamentales, como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la justicia y la empatía.

A través de actividades educativas, proyectos y el ejemplo de los docentes, de esta forma se fomenta la interiorización de los valores en los estudiantes, lo que contribuye a crear un clima de convivencia positivo, donde todos tengan la capacidad de vivir juntos, respetando las diferencias, resolviendo conflictos de manera pacífica y construyendo relaciones positivas. Estos aspectos son fundamentales para crear un ambiente educativo propicio para el aprendizaje, el crecimiento personal y el desarrollo de habilidades sociales, que son esenciales para una convivencia armoniosa en la escuela.

El papel del docente como mediador y educador en valores

De acuerdo con Gastón (2008), en la actualidad, la educación experimenta continuas y significativas transformaciones, y tanto la escuela como los docentes no pueden ignorar estos cambios. Por lo tanto, el propósito fundamental de la educación en valores es fomentar la convivencia entre los estudiantes, y el docente debe establecer un ambiente agradable educando en dichos valores. Los educadores no solo tienen la misión de impartir conocimientos en las diferentes áreas académicas, también tienen la importante labor de educar en valores, ya que tienen la posibilidad de observar a sus estudiantes, en sus comportamientos, actitudes y en los cambios que estos presenten en la vida escolar, además de mediar en los conflictos que se presenten entre estudiantes y buscar las estrategias pedagógicas que contribuyan a la buena socialización y por ende a una buena convivencia. Es importante que, desde la educación inicial, en la básica primaria se comience a trabajar de forma sistemática e intencional con los valores, para que los niños desde muy pequeños adquieran el hábito de poner en práctica conductas prosociales, siendo el fundamento para que se formen adultos cuya formación en valores sea firme, adquieran habilidades para manejar sus emociones y establecer relaciones de amistad y conexión con los demás.

Educar a las personas en valores, actitudes y normas, de modo que las internalicen como fundamentos para formar su ética personal y social, según Martínez (1994), es uno de los rasgos que debe tener el docente mediador. En ese sentido el docente mediador busca promover en sus estudiantes una conciencia moral y ética, desarrollando en ellos la capacidad de tomar decisiones basadas en principios y valores sólidos. A través de la formación en valores, pretende fomentar la empatía, el respeto, la responsabilidad, la honestidad y otras cualidades fundamentales que contribuyan al bienestar individual y de la sociedad en su conjunto.

Por lo tanto, el papel del educador y su relación con la convivencia escolar es fundamental y debe estar relacionada con la educación en valores, de esta manera será posible desarrollar e implementar planteamientos para progresar en la resolución de conflictos (Gallardo et al., 2011).

Para Báxter (2007), educar en valores implica una acción planificada, orientada y controlada por la familia, la escuela y la comunidad, y es ejercida mediante el ejemplo personal de todos los adultos que asumen la responsabilidad social de formar a las nuevas generaciones. En ese mismo sentido la educación en valores requiere de una formación docente comprometida social y éticamente, que trabaje junto con sus estudiantes para facilitar el desarrollo y formación de habilidades que influyen en el juicio y acción moral. Esto implica fomentar actitudes, promover la integración, aplicación y evaluación crítica de las normas sociales; para lograrlo, es necesario que el profesorado abandone su rol tradicional como mero instructor y transmisor de conocimientos, y se convierta en un agente que fomente y construya valores y ciudadanía en sus estudiantes.

Los maestros pueden educar en valores a través de la implementación de estrategias pedagógicas, entendiendo que estas forman parte de los elementos curriculares en los cuales se estructuran las actividades de enseñanza-aprendizaje que permiten adquirir conocimientos, valores, prácticas, procedimientos y abordar los problemas específicos del campo de formación (Bravo, 2008). 

Para que el maestro actúe como mediador y educador en valores, y así mejorar la convivencia escolar, en todos los niveles de enseñanza se sugiere:

*      Crear un ambiente seguro y respetuoso: Establece normas y expectativas claras de comportamiento que promuevan el respeto, la tolerancia y la empatía. Fomenta un ambiente inclusivo donde todos los estudiantes se sientan valorados y seguros.

*      Realizar actividades de resolución de conflictos: Enseña a los estudiantes estrategias de resolución de conflictos pacífica, como el diálogo, la negociación y la búsqueda de soluciones aceptables. Anima a los estudiantes a expresar sus opiniones de manera respetuosa ya escuchar activamente a los demás.

*      Promover el diálogo y la comunicación efectiva: Crea oportunidades para el diálogo abierto y respetuoso en el aula. Organiza debates, discusiones en grupo y actividades colaborativas que fomentan la comunicación efectiva y la comprensión mutua.

*      Enseñar habilidades sociales y emocionales: Incluye en el currículo actividades y lecciones destinadas a desarrollar habilidades sociales y emocionales, como la empatía, la autoconciencia, la autorregulación emocional y la toma de perspectiva.

*      Promover la participación y la responsabilidad activa: Anima a los estudiantes a participar activamente en la comunidad escolar. Fomenta la responsabilidad individual y colectiva en la toma de decisiones y en la resolución de problemas que afectan a la convivencia escolar.

*      Realizar actividades de servicio comunitario: Organiza proyectos y actividades que permiten a los estudiantes contribuir de manera positiva a la comunidad. Esto promoverá valores como la solidaridad, la responsabilidad cívica y el respeto por los demás.

*      Integrar la literatura y los medios de comunicación: Utiliza la literatura, los cuentos, las películas y otros medios de comunicación para abordar temas relacionados con los valores y la convivencia. Analiza y discute las historias y personajes que ejemplifican valores positivos y dilemas éticos.

*      Promover la diversidad y la inclusión: Celebra la diversidad cultural, étnica y de género en el aula. Organiza actividades que fomenten el respeto por las diferencias y la inclusión de todos los estudiantes, evitando estereotipos y prejuicios.

*      Establecer momentos de reflexión y autoevaluación: Dedica tiempo periódico para que los estudiantes reflexionen sobre sus acciones y actitudes. Fomenta la autoevaluación y la autorreflexión, animándolos a pensar en cómo sus comportamientos impactan en los demás y en la comunidad escolar.

*      Colaborar con las familias: Trabaja en estrecha colaboración con los padres y tutores para promover valores positivos y una convivencia armoniosa tanto en la escuela como en el hogar. Comunica periódicamente sobre los esfuerzos y actividades relacionadas con la educación en valores.

Conclusiones

Este artículo ha abordado la importancia del maestro como mediador y educador en valores con el propósito de mejorar la convivencia escolar. A través de estrategias pedagógicas centradas en la promoción de valores fundamentales, se ha buscado crear un ambiente escolar más armonioso y propicio para el aprendizaje de los estudiantes.

El maestro desempeña un papel fundamental como mediador en los conflictos y como modelo a seguir en el aula. Su capacidad para fomentar el respeto, la empatía y la tolerancia influye directamente en las relaciones interpersonales entre los estudiantes y en la calidad del ambiente escolar. Al proporcionar una guía adecuada y fomentar comportamientos positivos, el maestro contribuye a la formación de ciudadanos responsables y comprometidos.

Las estrategias pedagógicas basadas en la educación en valores han demostrado ser efectivas para mejorar la convivencia escolar. Estas estrategias incluyen actividades prácticas, discusiones grupales, proyectos colaborativos y reflexiones éticas, que permiten a los estudiantes comprender y aplicar los valores en su vida cotidiana.

Es importante destacar que la implementación de estas estrategias no solo depende del maestro, sino también de la participación activa de los estudiantes, los padres y la comunidad educativa en general. La colaboración y el trabajo conjunto son fundamentales para generar un cambio positivo en la convivencia escolar y crear un entorno inclusivo y respetuoso.

En resumen, el articulo resalta la importancia del maestro como mediador y educador en valores, y ha propuesto estrategias pedagógicas para mejorar la convivencia escolar. La promoción de valores, el fomento de la empatía y el establecimiento de normas claras de convivencia elementos claves para crear un ambiente escolar positivo y propicio para el desarrollo integral de los estudiantes. Al implementar estas recomendaciones, se puede lograr una convivencia escolar más saludable y enriquecedora para todos los involucrados en el proceso educativo.

Referencias

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