Cuentacuentos: formación docente en el arte de escribir y contar cuentos   

Storytelling: teacher training in the art of writing and telling stories


Mónica Alexandra Salto Cubillos, monica.salto@unae.edu.ec

Universidad Nacional de Educación UNAE, Azogues, Ecuador

 https://orcid.org/0000-0003-3583-7196

Vilma Azucena González Sanmartín, vilma.gonzalez@unae.edu.ec

Universidad Nacional de Educación UNAE, Azogues, Ecuador

 https://orcid.org/0000-0002-5052-772X

María Dolores Flores Sarmiento, maria.flores@unae.edu.ec

Universidad Nacional de Educación UNAE, Azogues, Ecuador

 https://orcid.org/0000-0002-1131-9549

DOI: 10.5281/zenodo.10429311


Palabras clave

Cuentacuentos
Escritura creativa
Formación profesional
Narrativa
Oralidad


Resumen: La formación del “Cuentacuentos”, referido al desarrollo de las habilidades y técnicas propias de este arte para los procesos de enseñanza aprendizaje, permitió redimensionar el significado del cuento y pasar de ser un recurso básico y simple, a cumplir un papel protagónico mediante el conocimiento de etapas para su creación, escritura e implementación, con la finalidad de aplicar la magia e ilusión de su trama en la construcción de nuevos conocimientos y el aprovechamiento de la oralidad como principal herramienta.  La metodología investigativa deductiva ahondó en lo que fueron las apreciaciones y experiencias de los participantes, tanto en el abordaje teórico y en la práctica del contenido. Los resultados evidenciaron que las acciones aprendidas representan verdaderos retos para los docentes al momento de crear, escribir y contar. Se concluye que didácticamente las estrategias de cuentacuentos motivan a generar cambios dentro de la educación infantil, siendo, necesario incentivar esta forma de prácticas narrativas desde y hacia la escuela.

 


Keywords

Storytelling
Creative writing
Vocational training
Narrative
Orality


Abstract: The training of “Storytellers”, referring to the development of the skills and techniques of this art for the teaching-learning processes, allowed us to resize the meaning of the story and go from being a basic and simple resource to playing a leading role through knowledge of stages for its creation, writing and implementation, with the purpose of applying the magic and illusion of its plot in the construction of new knowledge and the use of orality as the main tool. The deductive research methodology delved into the participants' appreciations and experiences, both in the theoretical approach and in the practice of the content. The results showed that the learned actions represent real challenges for teachers when creating, writing and telling. It is concluded that didactically, storytelling strategies motivate to generate changes within early childhood education, and it is necessary to encourage this form of narrative practices from and to school.

 


 

 

 

Cómo citar:

Salto, M., González, V. y Flores, M. (2024). Cuentacuentos: formación docente en el arte de escribir y contar cuentos Revista Varela, 24(67), 55-64.

Recibido: agosto de 2023, Aceptado: septiembre de 2023, Publicado: 1 de enero de 2024


Introducción

En la actualidad la motivación a la lectura es un tema que requiere atención prioritaria en el campo social y educativo, puesto que la influencia de la tecnología y la facilidad de acceso a la información ha relegado al hábito lector, dejando de ser una actividad de enriquecimiento, formación, recreación y constructora de conocimiento; convirtiéndola en una práctica limitada, carente de valor y muy poco frecuentada. De ahí que el sistema educativo requiere implementar recursos novedosos en el aula que provoquen la inserción de la lectura, comprensión de textos, el despertar la motivación y la forja a los futuros lectores (Delgado et al, 2022).

Se considera que la técnica de Cuentacuentos es una de esas opciones en las que se implican la oralidad, cultura y narrativa a través del arte de contar cuentos, como un don develado que hace efectiva la destreza de la narración. Así, un cuentacuentos es aquella persona que posee la habilidad, capacidad y don de contar un cuento breve o corto, leído o narrado, de producción propia o creado por terceros, imaginado o tomado de un texto literario ya existente. Aparece al inicio de la sociedad con los conocidos narradores Aedos y Rapsodas, con relatos heroicos apoyados o no en textos escritos y las rimas de tiempo que otorgan tonalidad musical, así se mantiene la tradición y costumbres de generación en generación (Dotras,1997).

La educación debe invitar al aprendiz a proponer una crítica que va más allá de la razón pura o cognitiva, propone el uso del método escéptico en la educación, que propenda a enseñar no solamente lo ya dicho, sino que permita romper barreras. Por ello se considera importante reconocer, crear y aprender, donde se conjuga lo teórico, práctico y estético, permitiendo satisfacer expectativas, y la autonomía del sujeto como ser social perteneciente a un ecosistema humano, por ende, la cultura responde a reconocer quiénes somos y de dónde venimos, crear nuevas historias contemporáneas, y aprender. De esta forma es tarea del docente quien a través de la narración utiliza estos aspectos para contar cuentos y enseñar (García et al., 2023).

Justamente, este trabajo analiza la formación docente en el arte de escribir y contar cuentos a partir de la herramienta del “Cuentacuentos”, referido al desarrollo de las habilidades y técnicas propias de este arte para los procesos de enseñanza aprendizaje, con el objetivo de redimensionar el significado del cuento y pasar de ser un recurso básico y simple, a cumplir un papel protagónico mediante el conocimiento de etapas para su creación, escritura e implementación, con la finalidad de aplicar la magia e ilusión de su trama en la construcción de nuevos conocimientos y el aprovechamiento de la oralidad como principal herramienta.

Marco teórico

El cuentacuentos marca la diferencia en el campo de la narrativa por la capacidad de convertir la oralidad en un arte para relatar y enamorar a la escucha de una historia. Es preciso reconocer que la oralidad no implica solamente el elemento gramatical, sintáctico, semántico o morfosintáctico con repeticiones continuas y/o memorísticas de un relato, sino que además asume las formas de percibir, comprender e interpretar el entorno; factores que consolidan la existencia del ser en todas sus dimensiones. Contar conocimientos populares, historias, hechos, sucesos, emociones y otras experiencias comunes, posibilitan el uso de la lengua como elemento disciplinar con sus formas de expresión y comunicación, que generan espacios literarios. Se añade además que la oralidad es para todos, es decir, se vuelve plural, y necesita de un público oyente, pues da vida a una imagen, habla sobre ella (Sequera, 2017).

La formación de los docentes para que adquieran las competencias de un cuentacuentos, es importante, dado que las estrategias que este arte encierra, facilitan la aplicación literaria, la oralidad y la lúdica en el proceso de enseñanza y aprendizaje, donde la posibilidad de creación e invención incrementará la capacidad de comprensión y adquisición de saberes de los estudiantes de todo nivel, principalmente de los más pequeños. Es necesario dar continuidad con esta formación de manera continua para dotar a los maestros de competencias válidas que serán aprovechadas en los procesos educativos. De este modo, se busca que, a través de los cuentos contados, recreando voces, movimientos e historias, los niños se sientan incentivados y motivados en los procesos lectores y de escritura, sembrando la incertidumbre a través de un resumen breve del cuento, narrando situaciones con magia, rimando letras y vocales, provocando la necesidad e interés de abordar la historia, cuento o relato original (Marrero y Negrín, 2023). Así la lectura y la escritura cobran real importancia en la educación y en la sociedad.

Es imperativo que, a más de despertar el ingenio de historias ya existentes, se promueva la escritura de sus propias experiencias y conocimientos, construyendo relatos a través de las remembranzas que guardan en sus memorias, intercambiando los personajes, episodios, escenarios y/o los finales, de tal forma que se dé origen a nuevos escritores dentro de las aulas para así cultivar la semilla de su potencial creativo. La motivación a la lectura es esa fuerza interna que mueve instintivamente a leer y provoca el gusto de hacerlo, porque causa placer y produce satisfacción. La motivación en sí misma es fundamental y contribuye al logro de los objetivos planteados, aporta al desarrollo cognitivo, desempeña un rol sustancial en las metas posteriores. Otra variable a considerar es la autoestima, es una de esas características que determinan el nivel motivacional intrínseco para leer, dejando sin efecto las justificaciones innecesarias que obstaculizan esta práctica, de ahí que la lectura es una de esas actividades que se construye desde el ejemplo (Jodeck et al, 2021).

El Cuentacuentos o narrador es un personaje reconocido por ser carismático, por lo que, generalmente en todos los entornos donde se desenvuelve, maneja con facilidad la palabra hablada y el mérito de contar cuentos o historias, por ello quién adquiere este don, habilidad, destreza o competencia con la que gana la atención del público, fascinándolo por el relato y manteniendo expectante sobre él y su arte. Este concepto abraza estrategias propias que facilitan esta actividad, está el arte de contar cuentos, el arte de escribir cuentos y del cuento al aula, como las tratadas en la formación docente que es el objeto de este trabajo investigativo (Méndez, 2021).

Para el desarrollo de las habilidades de un Cuentacuentos, se toma en consideración aspectos básicos como el arte de contar cuentos, el arte de escribir cuentos y cómo esos cuentos entran al aula, conceptos que se abordan desde el análisis y argumentación de varios autores. La magia de la expresión oral, la narración oral o cuentacuentos se concibe como una conversación con el público al que se le debe enamorar, mientras lo inusual recrea la cotidianidad que refleja el mundo, lo maravilloso, que se rigen por la física natural donde hay cabida de seres y acontecimientos que pueden o no ser o suceder en la realidad (Núñez de la Fuente, 2021).

El arte de contar cuentos propone dos aristas: conocer la historia de la narración oral y su importancia, y; aprender cómo contar cuentos: voz, dicción y expresión corporal, por lo que, es necesario, sobre todo en el campo de la docencia, donde el cuento es un recurso didáctico comúnmente utilizado, se profundice en el análisis de las relaciones entre la narrativa oral y los requisitos a cumplir al momento de narrar un cuento, esto para que no se considere una actividad escolar más, sino para que se impliquen las reales habilidades de un cuentacuentos.

Los espacios son intervenidos desde la imaginación y creación, avasallada por argumentos, se propone confusión como parte de la creatividad, melodía rítmica, entonaciones acordes a los personajes que van tomando misticismo, el movimiento en escena con el que se desenvuelve el artista tiene una estrecha relación con lo que se está contando, es decir, a través del desplazamiento en determinado espacio físico se robustece el significado de lo contado (Eudave, 2019).

Un aspecto a considerar es la mediación entre el autor y el lector, dicho aspecto está relacionado con las normas del buen hablante y las normas del buen oyente. El cuentacuentos en su conversatorio debe mantener la mirada profunda al escenario, al público, a sí mismo y a quién está escuchando, en otras palabras, su mirada será un mecanismo para captar la atención y a la par, permitirá analizar todo lo que está sucediendo al momento de narrar el cuento.

Otro de los elementos es la voz, esta debe ser radiante y viva puesto que un buen cuento no se cuenta solo, sino que requiere de un buen narrador debido a que éste le da forma a un cuento no muy contable, que no sea de gusto común, pudiendo revivirlo, puesto que, en esa oralidad, es quien convence al público de los hechos, cumpliendo uno de los criterios del hiperrealismo que indica que la presencia discursiva produce credibilidad, demostrando mayor entendimiento del relato (Martínez, 2021).

La elección del cuento tiene relevancia como si se tratara de elegir una pareja, por consiguiente, se requiere que el cuentacuentos genere una sinergia con el texto a ser narrado. La decisión respecto a la elección del cuento, será tomada en consideración a varios aspectos, entre los cuales están las características del público, su edad, contexto, vocabulario, realidades, intereses, entre otros. De ahí que es necesario definir con anterioridad la pertinencia de la temática elegida y las acomodaciones que se realizarán en función del espacio y el auditorio para quien va dirigido.

Como característica prioritaria a considerar para ser un cuentacuentos está el manejo de la expresión corporal, puesto que las manos también hablan, por lo que, son consideradas la extensión de la energía del narrador, siendo estas bastón o batuta que esparcen y atrapan el interés del público; por otro lado, cada artista puede utilizar el objeto que mejor le permita hacer este efecto, como pueden ser: el espacio, la voz, dicción, pronunciación, mirada, vestuario, recursos de apoyo y el cuento elegido.

De acuerdo a la localidad o contexto en el que se va a contar un cuento, se debe considerar que la vestimenta ha de ser festiva, alegre y llamativa, no perturbadora o sobrecargada, de tal forma que los escuchas disfruten desde la imagen visual y presentación hasta lo que se va haciendo en las escenas del cuento, ya que aquello abre apeteciblemente el gusto de los presentes y facilita el acercamiento hacia el público, lo enamora. Por lo tanto, en el arte del cuentacuentos, la narración es compleja y se devela dos tipologías que corresponden a dos voces que entre sí charlan, conversan, una es la del protagonista y otro generalmente el antagonista (García et al, 2023).

En lo que se refiere al manejo del tiempo, entra en análisis el nivel de atención del público, sin embargo, se recomienda un máximo de 45 minutos, sin cortar el “feeling” generado en algún momento. Por ello, se recomienda un máximo de 30 minutos para narrar de dos a tres cuentos, pero es necesario descansar entre cuento y cuento con algo dinámico, para no perder la empatía. Una consideración para mantener el interés es dejar al público en pausa al momento que se encuentre más emocionado, ya que esto genera el interés por volver a ver o escuchar al cuentacuentos, es decir, es necesario dejar la ilusión de resolver lo que quedó pendiente.  En el campo educativo, este proceso es mediador entre lo que escucha y comprende el estudiante, se debe buscar la autorregulación y habilidades de negociación en la resolución de situación presentadas, los recursos de aplicación didácticas innovadoras que estén a la mano del contexto educativo (Leyva y Campos, 2019).

En un cuentacuentos la habilidad de contar el cuento no es la única característica que sobresale, también se debe considerar la capacidad de imaginación e inventiva que genera la posibilidad de crear y escribir sus propias historias; esto no desmerece las ya existentes, por el contrario, permite aumentar el mosaico de oportunidades para escoger el cuento a narrar dependiendo del contexto.

En segunda instancia entre las competencias del Cuentacuentos se considera el arte de escribir cuentos. Siempre hay una forma distinta de decir lo mismo, dado que todo aquello que se desee escribir y reescribir alguien ya lo dijo, eso está comprobado con las tareas desarrolladas por los historiadores y los narradores de cuentos, debido a que a través de ellos se ha transferido y mantenido el conocimiento a lo largo del tiempo y se los ha transmitido de generación en generación a través de la tradición oral. Apostar por escribir es quizá un conjuro, donde se juega con la prueba y el error, buscando palabras que proporcionen magia, un experimento eterno y fallido en algunos casos, pero desde el Cuentacuentos es tratar de moldear la experiencia a la mirada de otros ojos (Pistachio, 2022).

Para escribir un cuento se debe planificar con base a cuestionamientos como el público a quién está dirigido, el tipo de cuento que se desea contar, el contexto de interpretación que va a tener, entre otras posibilidades que condicionan el tipo de escritura que se aplicará. Es positivo usar lecturas que favorezcan al juego de palabras, entre ellos los trabalenguas y las adivinanzas, como recursos que proveen el vocabulario y las ideas para la nueva creación, mismos que permiten atraer la atención y modificar el esquema cognitivo creado en el niño y en el docente por la forma tradicional de escribir en jornadas largas, con repeticiones sucesivas y sin sentido, que provocan cansancio mental o la negación total a la posibilidad de crear y escribir sus experiencias y situaciones de vida en versión cuento.

Acciones como seleccionar el tipo de cuento, utilizar contenidos socioculturales, valorar las representaciones lingüísticas, abrazar la lectura y escritura conjuntamente, conducen a la apropiación de los elementos constitutivos de un cuento, valorando incluso la reescritura de cuentos con sus etapas observables sobre todo en los cuentos cortos de inicio, desenlace y final, donde se cambia el final, modifican los personajes, varían los escenarios, asignan otras acciones, adecúan los tiempos de creación, generando de esta forma un nuevo cuento o una nueva tipología (Bernal, 2018).

Trabajar el microcuento como una estrategia dinámica y positiva al momento de escribir, como por ejemplo cambiar los personajes antagónicos: hormiga versus terrón de azúcar; gallina versus gusano, sin perder de vista el componente de la tragedia, involucrando el papel de héroes a los que fueron víctimas, otorgando superpoderes a seres que no los tuvieron en los cuentos originales, de esta forma se invierte el guion del cuento y provoca el trabajo a través de la escritura creativa desde la generación de nuevos textos y relatos. Pueden ser textos breves de siete a nueve palabras, 15 como máximo, por ejemplo: cada vez que quiero viajar, leo un libro. Aquello motiva y sorprende al deseo de escribir. Entre las técnicas que se pueden aplicar con los estudiantes que ya escriben, se denomina abecegrama y consiste en escribir un relato con palabras del orden del abecedario, sin conectores, artículos o conjunciones, solamente las palabras. En la escuela se puede trabajar con la actividad denominada vocaligrama, en este caso el texto breve a escribir será solamente con las vocales, por ejemplo:  anoche, encontré, iguanas, orinando, uvas, que puede ir fácilmente acompañado de imágenes que permiten la exposición de categorías emocionales, sociales, afectivas, comprensión de la lectura, aprendizaje alfabético visual, criticidad y contraposiciones (Véliz, 2022).

El uso de la poesía es otra de las formas de escribir cuentos, se puede crear una composición poética en cuatro versos octosílabos donde riman generalmente los versos pares y los impares entre sí.  Como ejercicio para encontrar el número de sílabas (las ocho del verso); se pueden usar también canciones que rimen, es importante mantener la poesía de versos octosílabos, con eso se le otorga la pauta para combinar las palabras y obtener mejores resultados. Ejemplificando la estrategia (ver tabla 1) el producto sería:

Tabla 1

Ejemplo de poesía corta

Verso

Número de sílabas

El elefante del circo

8

mueve sus patas así

7

es muy grande, es muy pesado

8

y no se parece a ti

7

Nota: Poesía corta con conteo de sílabas.

La escritura de un cuento puede generarse a partir de reinventar o reescribir otro que ya existe, un clásico; por ejemplo, en una clase se incentiva a modificar el título o la función del personaje principal: Caperucita roja por Caperucita floja, y con interrogantes se va inventando el nuevo nombre, el desarrollo y el final; motivando con preguntas, de acuerdo a la lógica del guion, para luego invitar al estudiante a compartir en su clase y elaborar el suyo. Este proceso de escritura creativa propicia la aplicación de herramientas que permiten desarrollar la imaginación y la creatividad, trasmitir o expresar ideas nuevas, despejar inquietudes propias, procurando un acercamiento amigable a la lectura ya existente, dando paso a nuevas versiones en las que se haya impregnado la espontaneidad, libertad, expectativas y requerimientos personales del escritor, promocionando la vivencia positiva y motivante de sus sueños (Piñeiro, 2023).

La tercera categoría conceptual se refiera al valor adjudicado al componente del cuento al aula, mediante el cual se hace referencia a la aplicación de la estrategia del Cuentacuentos en el campo educativo. El sonido o palabras mágicas que atraen la atención y anuncian la llegada de un cuento, historia o aventura son: había una vez [...], éstas abren la puerta de la expectativa, la incertidumbre y la imaginación sobre lo que se va a conocer. Se alude que, además ser parte de algo, asumiendo el rol de protagonistas depende del camino del discurso que dé el narrador a los oyentes, abriendo el imaginario colectivo que nunca pasa de moda y forma parte de la oralidad. (Pérez, 2023)

Al llevar el cuento al aula, se ha de prevenir en primer lugar la forma cómo se vaya a presentar, hay distintas formas de hacerlo, por ejemplo, utilizando recursos didácticos como títeres, tarjetas de colores, vestimentas y muchos más materiales que provocan la aplicación de la lúdica, sin que le retiren protagonismo al elemento principal que es el cuento que será narrado. En este espacio se debe adjudicar al cuento la real significación y funcionalidad para el aprendizaje, la narrativa debe facilitar la adquisición de conocimientos porque se impregnan estímulos estéticos y sensoriales que brindan los materiales y recursos utilizados, a su vez se ponen en juego las inteligencias múltiples a través de estímulos auditivos y kinestésicos,  vislumbrándose de esta forma la reactividad, autonomía, identidad, respeto y responsabilidad del aprendiz,  sobre todo en la educación infantil (Gómez et al, 2022).

Dentro del enfoque de la Pedagogía Montessori y considerando las cinco áreas de la educación, en las que se menciona que es en la vida práctica donde todos son educadores, a través de los roles de mamá, papá, abuelos, tíos, en sí la familia, o el docente, y aunque este último esté preparado académicamente es necesario que dentro de este tipo de aprendizaje exista el aprendizaje entre pares y con sus adultos, que consoliden la presencia de un aprendizaje práctico.

Se considera también la autonomía y la autorregulación, para ello se parte de lo sensorial y lo empático, lo que lleva a entender que al contar el cuento deben existir reacciones que demuestren lo sentido, la emoción y la vivencia. El componente interdisciplinar estará presente a la hora del cuento, por ejemplo, la matemática contada y cantada a través del uso de la ronda: un elefante se balanceaba y su incremento numérico acompañado del ritmo y las representaciones; es muy posible, de hecho, que el cuentacuentos se invente un cuento con elementos matemáticos, sobre las figuras geométricas, los números, los colores, las nociones de peso, tamaño y cantidad, adaptando un aprendizaje situado (Randolph, et al, 2023).

En el aula, el lenguaje que se utiliza para narrar el cuento es importante, la funcionalidad de este debe estimular o motivar el desarrollo y ampliación del lenguaje verbal, no verbal y corporal de los estudiantes. Al aplicar un cuento trabalenguado, invitando al juego, donde se involucren diferentes temáticas, se propicia la competencia y, a su vez, se contribuye al fortalecimiento y dominio de la semántica, lo cultural aporta a la recuperación de las tradiciones y costumbres del lugar, siendo necesario tratarlo para validar la historia y la identidad, el uso de elementos como la danza, el teatro y la dramatización permiten la práctica del cuento cultural.

El engranaje entre el aula y el cuento generan la dupla perfecta, áreas como la historia, geografía, las ciencias y las mismas matemáticas deben ser aprendidas como un cuento de itinerarios, como un viaje imaginario, fabuloso y sorprendente en su recorrido, de esta manera llega el cuento al proceso enseñanza aprendizaje. Los mitos y leyendas se narran en torno a hechos marcando interdisciplinaridad y diacronismo entre las tantas realidades vistas desde fabulosos relatos (Escobar, 2018). Es así como se entreteje el factor interdisciplinario en el campo educativo.

Conocer el tejido del tiempo entrecruzado, basándose en respuestas sobre ¿qué se debe contar y a quién se debe contar?, es un cuestionamiento relevante, debido a que para, desarrollar buenos observadores que valoren la belleza del mundo el cuento deberá adaptarse a los intereses de quienes lo escuchan; un ejemplo sería para los niños de la escuela de entre tres y seis años, se puede personificar un elemento del aula como el bolígrafo, y construir una narrativa:

El señor Sombrero le tenía rabia al señor Bolígrafo, si se veían se cruzaban sin mirar ni hablar, se tenían algo como de envidia, molestia; hasta que el señor Sombrero dijo -yo voy a acabar con el señor Bolígrafo-. Entonces un día, cuando iba pasando el señor Sombrero se quedó detenido y ¡guataca!, escondió al señor Bolígrafo. Se dice que el Bolígrafo más nunca apareció. Pero un día mientras contaban un cuento, alguien levantó el sombrero, ¡que sorpresa!, dentro de él estaban muchos cuentos y muchos poemas que el señor Bolígrafo había escrito, desde ese día el señor Sombrero comprendió que el ser blanco y elegante no era tan bonito como ser blanco y tener tantos poemas y cuentos escritos. Le dio las gracias al señor Bolígrafo, así desde ese día son amigos para siempre. De este modo, confeccionar distintas escenas que se dibujan en entornos imaginarios, dándole calidez al momento y remembrando a la abuela o abuelo cuentacuentos, cobran significatividad para el auditorio. (Romero, 2023).

Las estrategias de Cuentacuentos presentadas aportan al  docente en formación y al que realiza sus prácticas diarias en el campo laboral, ya que por la influencia de la virtualidad y los procesos vividos en la época de COVID-19 la escucha y oralidad quedaron desplazadas; siendo necesario que se reactiven mediante situaciones novedosas donde el estudiante se anime a participar y vivenciar la experiencia, reconociendo de esta forma que los procesos cognitivos se desarrollan en primera instancia a través de los sentidos; por ende la responsabilidad de generar una práctica innovadora en el aula es responsabilidad del docente y de su formación continua, más allá de un concepto o la especificidad de solo enseñar. Estos espacios de aprendizaje para maestros pretenden forjar habilidades que se integran a la identidad personal y profesional, entrelazando lo tradicional y contemporáneo, en el área de la cultura y literatura, donde todas las actividades apoyan a la mejora integral de los conocimientos, a la adquisición de competencias, modificación en las formas de ser y actuar, convirtiéndoles en gestores de sus espacios de trabajo, investigadores desde la reflexión de su práctica, reconocedores de valores y practicantes de la ética, desde posicionamientos individuales o colectivos.

El cuentacuentos es un ejercicio sostenido por la oralidad, en sus inicios formó parte de la comunicación entre y con otros, favorece a explicar las prácticas de las culturas y tradiciones, sin desaparecer memorias de hechos colectivos e individuales, tributó a la preservación de los saberes. El recurso más valioso es la narrativa oral que tiene tres géneros: los cuentos, leyendas y mitos con los cuales su práctica se ha mantenido hasta la actualidad.  La actividad de oralidad fue presentada en espacios establecidos como mitos y ceremonias dando énfasis a lo artístico y teatral, claro está que esta habilidad necesita la aplicación de características sónicas, kinestésicas y estética, siendo ésta la más antigua de las artes y formas de aprendizaje y enseñanza. En los inicios estaban los Aedas y Rapsodas, luego los forjadores de palabras y los Cuentacuentos. Este arte se presenta en Argentina, España, México, Perú como voceros de experiencias significativas antiguas y actuales, urbanas y rurales; pero el trabajo se inmiscuye a las aulas por la necesidad de motivar la lectura y escritura con procesos lúdicos usando prosa, mediante chistes, trabalenguas, historias de vida o de personajes, retahílas, proverbios y demás. (Fernández, 2023).

Metodología

La investigación se enmarca en el paradigma sociocrítico que despliega la relación dialéctica dada entre la teoría y la práctica (Walker, 2022). En este caso el objetivo es la transformación de la forma de contar un cuento en el aula, a través de las técnicas de Cuentacuentos. El enfoque es cualitativo, pues según Hernández et al. (2014) este se guía por áreas y enfoques significativos de investigación y pueden crear preguntas o hipótesis antes, durante o después de la recolección y el análisis de datos.

El tipo de investigación empleado es descriptivo, pues según Posso (2009), busca especificar las propiedades importantes de personas, grupos, comunidades o fenómenos sometidos a un análisis. El método es deductivo ya que consiste en crear enunciados generales a partir de la experiencia, comenzando con la observación de un fenómeno, revisando repetidamente fenómenos comparables para establecer, por inferencia, leyes de carácter universal (Lafuente y Marín, 2008).

La unidad de análisis corresponde a 35 participantes, 31 mujeres y 4 hombres. Estos colaboradores eran docentes o directivos de diferentes centros educativos de la práctica preprofesional de la Universidad Nacional de Educación (UNAE), maestros de Educación Inicial del Magisterio y docentes integrantes del proyecto de vinculación con la sociedad “Conjugando leer y escribir”.

El taller “Formador de cuentacuentos”, tuvo un soporte digital a través de una plataforma en formato Moodle en el entorno virtual de aprendizaje de la UNAE. Aquí, los participantes encontraban la información requerida para cada una de las sesiones sincrónicas con los facilitadores, actividades de trabajo autónomo asincrónicas para fortalecer sus conocimientos y habilidades como la narración oral, y así adquirir una destacada competencia comunicativa a través del cuentacuentos; ícono universal del relato oral y de la cultura popular.

El desarrollo del curso se dividió en tres unidades: El arte de contar cuentos, el arte de escribir cuentos y del cuento al aula. Cada una contó con varias actividades, incluidas tres ponencias virtuales sincrónicas del tallerista Pío Lara quien se conectó de forma virtual desde su natal Venezuela. A más de los encuentros virtuales, los participantes desarrollaron tareas asincrónicas que tributaron al resultado final que fue la creación de un video, donde los participantes pudieron narrar un cuento clásico o de su autoría, empleando todas las estrategias adquiridas en el curso. Finalmente, se realizó una sesión de evaluación y cierre, en la que los participantes afirmaron que el taller les permitió fortalecer los conocimientos y habilidades hacia una cultura de formación de la narrativa oral para construir una identidad narrativa pedagógica.

Con respecto a la viabilidad, fue posible desarrollar el taller gracias al apoyo de la UNAE, a través de la logística para la contratación de los facilitadores y el entorno virtual de aprendizaje. Un aspecto relevante fue el interés y participación de los beneficiarios, además de la predisposición y compromiso de los facilitadores. Por otro lado, uno de los elementos que dificultó el desarrollo normal de las sesiones fue el problema de conexión por parte del ponente Pio Lara, esto debido a que se encontraba en un país con escasa conectividad de internet. Además, las sesiones sincrónicas coincidieron con los horarios laborales de algunos de los participantes, por lo que, estas se grabaron para una posterior revisión.

Al finalizar el curso se aplicó una encuesta, de satisfacción a los participantes a través de un formulario en línea, como técnica de investigación mediante ítems abiertos y de opción alternativa SI-NO en algunas preguntas. Así, se pudo recopilar información relacionada con la satisfacción de los beneficiarios en base a un análisis de las competencias adquiridas, desempeño de los facilitadores, recursos y contribución de las actividades sincrónicas y asincrónicas a su proceso de aprendizaje. Facilitando el proceso de deducción y arrojando los resultados en relación entre las tres categorías: el arte de contar cuentos, el arte de escribir cuentos y el cuento al aula.

Resultados y discusión

Una vez revisadas las actividades desarrolladas en el curso de formación y analizados los resultados de la encuesta final a los participantes, se reconoce que el arte de contar cuentos, el lenguaje corporal del cuentacuentos atrae la atención del público y complementa la información que narra con su voz, llama a que se adentren en la historia imitando gestos, acciones y sentires de los personajes que se encuentran en la historia; de hecho, este se convierte en un momento en el que tanto el Cuentacuentos como el receptor escuchan, creen y viven dentro del mundo del cuento; pueden sentirlo y emocionarse, pueden abstraerse del mundo real. 

El lenguaje corporal del cuentacuentos le permite apropiarse del espacio y, en palabras de Pío Lara, se proyecta con esos movimientos, invita a quienes lo escuchan a concentrarse en ese momento a compartir.

En cuanto a la narración oral, es importante para la gestión de los aprendizajes puesto que se reconoce como un insumo fundamental para un docente. Así también, es una forma natural de comunicación del ser humano, en este sentido, gana mucha más notoriedad esta estrategia para la gestión de aprendizajes. En el caso de los niños del nivel inicial, es una forma muy creativa de trabajar ya que posibilita ganarse su atención y cautivar sus pensamientos, promoviendo el gusto por la lectura.

Como resultado final, respecto a ¿cuál es la influencia del cuento en la promoción de la lectura?, se infiere que la influencia del cuento en la promoción de la lectura adquiere importancia porque permite al niño ampliar su imaginación, le da la posibilidad de ser creativo en hechos, escenarios, personajes y personalidades; además, genera la curiosidad por conocer los finales de las aventuras y los cuentos, con estrategias que inviten al niño a crear desde su empirismo y contribuir en su seguridad, autonomía e identidad.

En cuanto a las fortalezas y competencias docentes que adquirieron en el curso, se identifican las estrategias orientadas a motivar la creatividad en la producción y elaboración de cuentos apegados a los contextos; además de estrategias que fomentan el hábito lector y de producción escrita.

Una vez reconocido el hecho de que la narrativa oral favorece al desarrollo de las destrezas en el aula, cuando se refiere a que es “mucho”, en un rango de mucho, poco, nada. Sequera (2017), menciona que estas habilidades deben ir acompañadas de las técnicas propias del cuentacuentos, como aprenderse de memoria el cuento, practicar anticipadamente, usar un adecuado lenguaje de gestos, modular el tono de voz y seleccionar una variedad de cuentos para ser narrados. Por lo tanto, ese “mucho” es un indicador de que la totalidad o la mayoría de estas técnicas se aplican en el proceso de aprendizaje.

Al cuestionar si la práctica de escribir cuentos es un elemento potenciador de la escritura académica, se establece que el aporte es significativo, en virtud que todo cuento tiene un inicio, desarrollo y final, siendo éste el primer acercamiento a la lógica de escritura académica, lo que genera en el estudiante el conocimiento con prácticas amigables y lúdicas. Se menciona que la escritura  tiene tres partes, el inicio o preámbulo sobre lo que se encontrará en el cuento; el desarrollo describe los hechos mismos que dentro del cuento pueden ser mágicos y fantasiosos, en la escritura académica se presentarán los sucesos de un estudio realizado y; el final de una escritura que presenta una solución, resultado de ese algo que en el desarrollo se estaba suscitando, permitiendo incluso extraer las conclusiones, como lo recomienda la academia, y las reflexiones o moraleja, como lo dispone el género del cuento, dejando entonces cimentar la idea de escritura académica de manera sólida pero imperceptiva.

En coherencia con lo propuesto por Piñeiro (2023) el proceso de escritura creativa parte de la vivencia del escritor, de su experiencia y la necesidad de transmitir esas sensaciones, por lo tanto, la escritura de cuentos y la escritura académica tienen elementos que coinciden y se complementan.

Entre los aspectos positivos que viabilizaron el desarrollo del taller se contemplan: los recursos, tanto bibliográficos como en formato digital, para los participantes fueron adecuados y facilitaron la comprensión de los temas tratados. Las lecturas, videos y material didáctico fueron percibidos como excelentes e interesantes. En cuanto a los expositores, se consideraron muy bien preparados. Finalmente, respecto a las clases interactivas, al igual que las tareas y los documentos compartidos, visualizaron pautas para ejercitar el rol de cuentacuentos. 

La metodología activa con los participantes cautivó la atención; las ponencias trataron aspectos relevantes de la mano de la experiencia directa con un verdadero cuentacuentos, de hecho, escuchar sus estrategias para crear y contar cuentos motivó grandemente la práctica individual. A contar cuentos, contando; cómo a escribir cuentos, escribiendo, un verdadero aprender haciendo. La exposición de técnicas para el desarrollo de la escritura y la narrativa oral con temas llamativos y el uso de lenguaje sencillo, contribuyeron a que su práctica sea útil y muy bien comprendida.

La organización del curso se valora como excelente, así también la valía de contar con un experto en el área y su deseo de apoyar y aportar de manera significativa al aprendizaje del taller. Para los participantes los contenidos desarrollados son de mucho interés y útiles para aplicar en su labor diaria en el campo educativo. De acuerdo con lo expuesto por Randolph, et al. (2023) el involucramiento del cuento al aula promueve en el docente la creación de oportunidades para generar la interdisciplinariedad en su labor, característica que muchas veces es cuestionada en el proceso educativo, pero que a través de las estrategias trabajadas en este proceso de formación se generó la comprensión de que sí es posible.

Los recursos didácticos mediados por el aula virtual, ampliaron el abordaje del curso, en el cual se incluyeron recursos interactivos como TikTok para la grabación y difusión de un video, mismo que generó la salida de la zona de confort de los participantes, así como también permitió fortalecer el dominio escénico, en lenguaje coloquial “perder la vergüenza” como así lo expresan los participantes, para contar y escribir un cuento propio, aplicable al aula, donde el narrador cambia la actuación de los personajes para despertar el interés de los niños.

La ejemplificación de acciones del cuentacuentos que ofreció Pío Lara fue sin duda una excelente estrategia y, a la vez, recurso que permitió a los participantes que realicen sus primeros ejercicios de cuentacuentos. Las interacciones con la tecnología, para la comprensión de temáticas, y el reto de contar sus propias narrativas generó aprendizajes significativos que luego se pusieron en escena. De este modo en relación a lo expresado por Romero (2023) el arte de contar cuentos, escribir cuentos y llevar el cuento al aula cobra valor y significado antes que, en el auditorio, en la persona que lo crea y recrea, en este caso específico en los docentes que fueron parte del proceso de formación.

Como hallazgos en el taller y, por ende, de este estudio se considera la necesidad de mantener y fortalecer esta práctica cultural de la oralidad mediante los cuentacuentos que en el Ecuador no son visibilizados, menos en el ámbito educativo o dentro de las aulas. Es necesario e imprescindible que a nivel de docencia se generen espacios de lectura y escritura de cuentos, con la finalidad de analizar y determinar la pertinencia de aplicación de estas técnicas en el proceso de aprendizaje como recursos interdisciplinarios que aporten al proceso educativo.

Conclusiones

Socialmente la escuela se concibe como el lugar para aprender, culturalmente la misma escuela transforma la sociedad, pedagógicamente es necesario contextualizar la educación, con estos antecedentes, mediante la aplicación de la técnica del cuentacuentos se tributa al alcance de estos planteamientos ya que se trata de un recurso que integra el dominio cognitivo, la expresión y comunicación con el otro, y; los elementos de la cultura integrados a través de la narrativa oral.

La planificación y ejecución de actividades de desarrollo profesional docente en el ámbito literario, dentro de los campos de la lectura y escritura creativa son necesarios en todo momento y lugar, ya que con ellos se pone en evidencia la necesidad imperante de buscar otras formas de leer y escribir en el campo educativo, sin que estas tareas se circunscriban a acciones formales y obligatorias comúnmente aplicadas en los entornos escolares. Modificar el concepto de la lectura y escritura a través de la actividad de cuentacuentos, permite redimensionar el trabajo del docente y su continua formación.

Para el desarrollo de los procesos de formación docente en temas puntuales como el caso de cuentacuentos, es necesario el abordaje de la temática desde la experiencia vivencial de sus facilitadores, ya que de ello depende la profundización de su contenido, sin que este sea necesariamente formal o técnico, sino que se vea enriquecido por la aplicación previa de sus recursos. Cabalmente el taller de formación que este trabajo aborda, aseguró su éxito con la calidad del expositor y su experiencia práctica.

Se concluye que la oralidad es un recurso imprescindible en todo momento y contexto, mucho más en la etapa de la infancia, ya que desde la narrativa oral se fortalece el desarrollo del lenguaje verbal de los niños y este adquiere valor significativo cuando integra elementos de su contexto de tal forma que se proyecta el conocimiento desde el entorno inmediato hacia entornos dispersos.

Considérese importante la necesidad de transformar la educación a partir de la aplicación de técnicas y estrategias que satisfagan los intereses de la sociedad, que brinden la oportunidad de expresarse, reclamar o decir lo que sienten y piensan, por lo que, los docentes están llamados a aperturar las oportunidades en el aula y los mejores recursos para el logro de resultados como son la lectura y escritura creativa.

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