Revista Varela, ISSN: 1810-3413 RNPS: 2038

Vol. (20), No. (56), art (10), pp. (277-289), mayo-agosto, 2020
Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas,

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EL APRENDIZAJE EN FAMILIAS AGRICULTORAS A TRAVÉS DE
LA ESTRATEGIA DE LA ESCUELA DE CAMPO

LEARNING IN FARMING FAMILIES THROUGH THE FIELD SCHOOL
STRATEGY

AUTORES


Ana Luisa Mendoza Vela analuisa1804@yahoo.es


Maestra en Psicología Educativa. Gestora y asesora educativa. Empresa Inclusión
Empresarial. Perú. ORCID: 0000-0003-2489-1939.

Leydi Susan Fajardo Vizquerra sfvizquerra819@hotmail.com


Maestra en Docencia Universitaria. Docente a tiempo parcial. Universidad César Vallejo.
Lima. Perú. ORCID:
0000-0002-6141-7307.

Mitchell Alberto Alarcón Diaz uapalarcon@hotmail.com


Doctor en Educación. Docente a tiempo completo. Escuela de Posgrado. Universidad César
Vallejo. Lima. Perú. ORCID: 0000-0003-0027-5701.

Dennis Arias-Chávez darias@continental.edu.pe


Doctor en Educación. Coordinador de investigación. Universidad Continental, Arequipa,
Perú. ORCID:
0000-0003-1500-8366.

RESUMEN


El presente estudio se realiza con el objetivo de analizar el problema del aprendizaje en
adultos. Para ello se tomó la experiencia de un grupo de agricultores quienes experimentaron
el ciclo de aprendizaje de Kolb bajo la dirección de un grupo de docentes quienes a través de
su labor intentan generar una producción agrícola sostenible en la zona. Los sujetos
participantes pertenecen a una zona rural del Alto Huallaga (Perú). Metodológicamente se
procedió al análisis sistemático de la propuesta del ciclo de aprendizaje y luego se
complementó con la entrevista semiestructurada con el fin de profundizar en los hallazgos
documentales. Los resultados detallan la particularización de cada una de las etapas de
aprendizaje y asumen cuestiones que convierten en compleja la temática abordada.


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Aprobado: 10 de abril de 2020 277


ABSTRACT

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The present study is carried out with the objective of analyzing the problem of adult learning.
For this, the experience of a group of farmers who experienced the Kolb learning cycle under
the direction of a group of teachers who through their work try to generate sustainable
agricultural production in the area was taken. Participating subjects belong to a rural area of
Alto Huallaga (Peru). Methodologically, a systematic analysis of the learning cycle proposal
was carried out and then it was complemented with the semi-structured interview in order to
deepen the documentary findings. The results detail the particularization of each of the stages
of learning and assume issues that make the subject addressed complex.

PALABRAS CLAVE: enseñanza de agricultura, escuela experimental, proceso de
aprendizaje, formación agrícola.

KEY WORDS: agricultural education, experimental school, learning process, agricultural
training.

INTRODUCCIÓN


La presente investigación transita por el espacio del análisis y la reflexión en base a la Escuela
de Campo como una forma vinculada a agricultores del Alto Huallaga (Perú). La importancia
de este estudio radica en que a partir del análisis del ciclo de Kolb, se puede examinar la labor
del docente y la aplicación de aquellos nuevos conocimientos adquiridos por los estudiantes
agricultores.

Investigaciones acerca de la caracterización de los escenarios educativos en zonas alejadas
nos llevan a una revisión sistemática inicial. En tal sentido Hirschegger (2017), en una
investigación referida a la fruticultura en Argentina, reflexionó respecto a la naturaleza de la
escuela de campo la que proponía a través de su propuesta curricular formar a jóvenes con el
fin de que sean capataces y a fortalecer la cosecha de frutos de la zona. Durante el espacio de
tiempo en que se realizó el diagnóstico se pudo apreciar que no se tuvo la oportunidad de
captar a más estudiantes, esto debido a la falta de recursos y manutención de los mismos.

También Villafuerte (2017) realizó una investigación sobre los procesos formativos en zonas
rurales y a partir de sus hallazgos afirma la idea de que el contexto dialógico horizontal y el
contacto experiencial son los ingredientes más indicados para poner en marcha las prácticas
educativas en el contexto rural; también reafirma que estos espacios educativos favorecen el


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desarrollo sostenible de la región. Por su parte Henao-Castaño y Tobasura-Acuña (2018)
analizaron el sistema de productores agrarios a través de una investigación cualitativa y
concluyen que si bien son ciertas las intenciones de las Escuelas de Campo de la zona son
comunes, los estilos son diferentes a partir de las singularidades de los participantes.

Desde otra perspectiva Martocci (2018), exploró las particularidades académicas de la
formación agropecuaria en Argentina entre los años 1952 – 1959, en las que se encaminaba a
la formación de técnicos capacitados y que perfiló algunos avances, uno de ellos las
propuestas curriculares en las zonas urbanas y rurales.

La FAO (2011) es el organismo de las Naciones Unidas responsable de 21 indicadores de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De esta forma, la FAO presta apoyo a los países
con miras al seguimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En esa
perspectiva, esta institución elaboró el Plan de Agricultura Familiar (PAF) documento que
rige las políticas nacionales de cada Gobierno en materia de Agricultura Familiar. También
como organismo rector mundial de la agricultura, este ente brinda información y soporte a los
Gobiernos, principalmente a los Ministerios del sector agrario, con la finalidad de que los
Estados implementen el Plan de Agricultura Familiar y que las familias agricultoras reciban
procesos de capacitación aplicando la metodología de las Escuelas de Campo, debido a que
esta es la única dinámica por la cual estas familias pueden mejorar y generar nuevos
conocimientos.

Esta estrategia permite al agricultor aplicar los conocimientos agrarios en sus respectivas
parcelas (implementando buenas prácticas agrícolas y buenas prácticas ambientales); de esta
manera se propicia un modelo asociativo empresarial sostenible ya que FAO (2018),
considera dentro del indicador
Hambre Cero, la productividad en pequeña escala, mejora de
los ingresos de los agricultores y la sostenibilidad en los cultivos.

El Perú, tiene la Política Nacional Agraria, documento que contiene los lineamientos para
enrumbar el desarrollo agrario del país. Es importante señalar que la Política Agraria del Perú
se aprobó en el año 2014 con la Resolución Ministerial N° 0709-2014-MINAGRI, la cual
estuvo constituida por doce ejes y que, en el tiempo contribuyen al desarrollo sostenible de la
agricultura, generando un marco orientador de mediano y largo plazo con prioridad en la
agricultura familiar, y permitirán activar el progreso y la inclusión social en beneficio de la
población rural, contribuyendo a la seguridad alimentaria y nutricional.


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En el Eje de Política Desarrollo de Capacidades, que tiene por objetivo el incrementar las
capacidades productivas y empresariales de los productores agrarios, con particular atención a
mujeres y jóvenes rurales, se expresa la intención de impulsar esquemas de extensión y
capacitación agraria con base en proveedores (oferta), que atienden las demandas
diferenciadas y específicas de los productores (aplicando la metodología de las Escuelas de
Campo).

LA ESCUELA DE CAMPO COMO ESTRATEGIA


Frente a la normativa existente, todas las dependencias del Ministerio de Agricultura y Riego
que realizan capacitación a los pequeños agricultores, aplican la Metodología de Escuelas de
campo, y de la misma manera lo hacen aquellas instituciones públicas y privadas, que
contribuyen con el desarrollo del sector agrario.

A finales de la década de los años 80, FAO implementa las primeras ECA (Escuelas de
Campo), debido a las grandes pérdidas en el cultivo de arroz causado por plagas y
enfermedades. En Latinoamérica, esta metodología es adoptada en el año 1997; en el Perú,
mediante convenio entre el Centro Internacional de la Papa (CIP) y CARE Perú, se
implementaron las 4 primeras ECA.

Actualmente la metodología ECA se aplica en todos los países en vías de desarrollo y sub
desarrollados donde existe la presencia de familias agricultoras, con quienes se aplica diversas
Escuelas de Campo aplicada a diversos productos. En Perú se aplican en promedio más de
100 ECA por año, promovidas principalmente por el Ministerio de Agricultura, Programas de
Desarrollo de la Cooperación Internacional, Organismos No Gubernamentales (ONGs) e
Institutos de Educación no Formal. En cada una de las ECAs asisten entre 20 a 30
participantes adultos en promedio, el periodo de estudio es 6 meses a 1 año, que es lo que
demora el periodo vegetativo del cultivo.

Según el Cenagro (2012), en el Perú hay 2 millones 246 mil 702 agricultores, de los cuales el
31% son mujeres y el 69% son varones: en la región de la sierra del país está el 64%, en la
costa 16% y en la selva el 20%; el 81% de los agricultores es propietario de menos de 5
hectáreas de terreno. Respecto al nivel educativo, el 52% tiene primaria, el 15% no sabe leer
ni escribir, el 26% tiene secundaria y el 7% cuenta con estudios superiores.


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Respecto a la edad, el 2% de 15 a 19 años, el 11% tiene entre 20 a 29 años, el 19% de 30 a 39

años, el 21% de 40 a 49 años, el 19% de 50 a 59 años y el 28% más de 60 años. Asimismo, el
58% de los agricultores recibió capacitación en temas de cultivos y el 26% en temas
ganaderos.

A partir nuestra experiencia, los agricultores y las agricultoras que participan en las Escuelas
de Campo son personas que en su mayoría pasan los 40 años, el rango promedio está entre los
40 años y 70 años. El 80% de los estudiantes del programa de capacitación son varones y el
20% mujeres. No existe una identificación de las mujeres por involucrarse en los procesos
educativos; esto se justifica en que la mujer no es la dueña de la parcela, a pesar de ser la
esposa del agricultor, solo se involucra cuando ella es la propietaria directa, sea por herencia o
por adquisición directa de la tierra, debido a que ella si podrá tomar decisiones en el manejo
productivo y empresarial de la parcela. La mayoría tiene primaria incompleta, sabe leer y
escribir y las dos operaciones básicas: suma y resta.

La investigación se realizó para contribuir al mejoramiento de las estrategias que se deben
aplicar en el proceso enseñanza aprendizaje de los pequeños agricultores (hombres y
mujeres), dentro de los programas de capacitación realizados por instancias del Estado
(MINAGRI, SENASA, DRAP, entre otros), por Organismos No Gubernamentales u otras
entidades que trabajan a favor del desarrollo rural. Así, se investigaron las características de la
aplicación de la metodología de Escuela de Campo, con la finalidad de conocer con exactitud
de qué forma los temas impartidos para el desarrollo integral sostenible se aplican para la
utilidady fácil aplicabilidad por parte de los agricultores, y consecuentemente, que estos
redunden en el mejoramiento de su nivel de vida y en los indicadores de los objetivos del
desarrollo sostenible.

EL CICLO DE APRENDIZAJE DE LA ECA BASADO EN LA TEORÍA
DEL APRENDIZAJE VIVENCIAL

Una de las maneras de adquirir conocimientos es a través de las experiencias, es a partir del
paradigma
aprender haciendo o learning by doing (Kolb, 1984), de ahí la importancia de
aprovechar las propias vivencias de los estudiantes; esto no solo les permite compenetrarse
con el nuevo conocimiento, sino que a su vez deja abierto un conjunto de dudas los cuales se
constituyen en problemas aún por resolver. De esta forma, todo conocimiento nuevo será
mejor aprovechado en la manera que el estudiante pueda estar en contacto directo con él,


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considerando este aprendizaje como uno más activo y participativo, logrando así que el
estudiante ponga en práctica los nuevos conocimientos, reafirmando así la premisa “que para
los adultos ningún concepto contenido en los libros podrá aprenderse más rápido y claramente
que experimentándolo en la realidad” (Kolb, 1984, p.25).

Lo mencionado anteriormente, incorporándose a las cuatro fases que a decir de Kolb deben
cumplirse en cada sesión de aprendizaje; comenzando por la experiencia concreta, fase en la
cual se destaca un tema nuevo despertando el cuestionamiento y haciendo el recordatorio
entre lo vivido y lo experimentado para juntarlo con lo nuevo por aprender; así se pasa a la
siguiente fase que es la observación reflexiva, donde el estudiante plantea las nuevas dudas y
permite que se relacione el conocimiento previo con el actual, asimismo fomenta la
comunicación entre el grupo de trabajo, haciendo que el tema sea más participativo, por tanto
contribuye a un aprendizaje de manera colaborativa.

Es así como luego de estos fases previas, se llega al tercer momento en el cual el estudiante,
después de haber aportado sus ideas y puesto sobre la mesa las posibles dudas que se plantea
con relación al tema, es orientado por el docente para ordenar cronológicamente las ideas y
así establecer un orden en la distribución del nuevo conocimiento, así como determinar los
puntos en los cuales se necesita afianzar y centrar conceptos; esta fase se denomina
conceptualización; y por último, la cuarta fase se denomina experimentación activa, es aquí
donde el estudiante forma parte crucial del conocimiento, ya que interactúa con lo que
aprendió estableciendo nuevas ideas y afianzando las conexiones con el tema abordado (Kolb,
1984).

En este contexto el facilitador cumple un rol fundamental ya que es la persona quien no solo
dedica el tiempo, sino que es el responsable de dirigir los procesos de aprendizaje para los
participantes de la escuela de campo, implementando los saberes previos con los nuevos, de
tal modo que la experiencia pasada fomente un impacto positivo en la adquisición de los
conocimientos, así la puesta en práctica se hace más relativa a la experiencia previa.

METODOLOGÍA


La presente investigación se desarrolló bajo el paradigma hermenéutico porque se intentó
enfatizar la interpretación del hecho o fenómeno de estudio. De esta manera, el enfoque
cualitativo permitió caracterizar la naturaleza de la estructura de la Escuela de Campo como
tal, en un grupo de agricultores de una zona rural de Perú. Esta caracterización profundizó en


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el sentir y pensar de los estudiantes quienes, a partir de la interacción con los investigadores,
expresaron libremente su parecer respecto a la forma cómo la escuela viene aportando a la
solución de las necesidades directas de la comunidad.

En un primer momento y para el análisis documental, se emplearon fichas de análisis de
contenido, las que permitieron identificar los rasgos diferenciadores del ciclo de aprendizaje
propuesto, el cual se constituye en el núcleo de la escuela de campo. A continuación, las
entrevistas semiestructuradas proporcionaron datos adicionales significativos ya que ayudaron
a conocer e interpretar cómo desde la mirada de los estudiantes, el ciclo de aprendizaje y las
estrategias empleadas, se convierten en una verdadera alternativa educativa para el entorno.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN


Con respecto al análisis de la aplicación del ciclo de aprendizaje de la Escuela de Campo, el
hallazgo documental muestra que, según la FAO, la ECA es una metodología participativa
fundamentada en la educación no formal para adultos, tomando como base la experimentación
a través de métodos sencillos y prácticos, utilizando el cultivo como recurso de enseñanza-
aprendizaje. FAO dice que debe utilizarse el ciclo de aprendizaje de la teoría de David Kolb y
la metodología del aprender- haciendo. El hallazgo empírico nos revela que la ECA es una
metodología que ha formado a muchos agricultores que no sabían nada sobre los temas
agrarios y hoy en día ya han mejorado su productividad. Sin embargo, existen profesionales
que han distorsionado el ciclo de aprendizaje de la ECA, y vienen laborando monótonamente,
sin cumplir los pasos preestablecidos, solamente convocan a los participantes a una reunión y
asumen que con eso se está cumpliendo el principio de la ECA.

Se identificó que los profesionales que saben en la teoría y en la práctica como conducir el
desarrollo de los cultivos o las crianzas, son los ligados a las carreras agropecuarias, por ende,
son ellos los que asumen prioritariamente el rol de docentes de las Escuelas de Campo. Estos
profesionales se diferencian de un profesor o docente de carrera, quien, sí se forma para
ejercer la profesión de enseñar o transmitir conocimientos, por lo tanto, tiene claro el ciclo de
aprendizaje sea del niño, joven o adulto. La situación se agudiza más aun sabiendo que el
nivel educativo de los agricultores peruanos es en su mayoría de nivel primario y analfabeto.

El Minedu (2012) señala que para el logro de los aprendizajes fundamentales se requiere que
la escuela lidere la calidad de la enseñanza, promueva el pensamiento crítico y creativo de los
estudiantes y propicie una convivencia inclusiva y acogedora. Si bien es cierto la Escuela de


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Campo no es parte de la educación formal regulada por el Ministerio de Educación, tiene el
mismo objetivo de canalizar aprendizajes para adultos y además sus docentes tienen que esta
acreditados por el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad
Educativa (Sineace, 2016). Si se realiza bien el proceso de las Escuelas de Campo, se
contribuiría a los objetivos del desarrollo sostenible, por ejemplo, aplicando las buenas
prácticas agrícolas que contribuyen a una agricultura ecológica y orgánica; de esta manera se
mejora la productividad y los ingresos de las familias agricultoras quienes ingresarían a una
economía de escala.

Por su parte, respecto a las características de la aplicación de la experiencia, la revisión
documental muestra que el proceso de aprendizaje de un adulto es diferente al de un niño,
básicamente por la experiencia acumulada de años de práctica. En la fase de la recuperación
de la experiencia, el docente debe obtener y valorar el conocimiento previo que los
agricultores tienen sobre el tema a tratar, es decir dejar que los participantes expongan sus
distintas experiencias. Para rescatar dichas experiencias se utilizaron diversas técnicas como,
por ejemplo: lluvias de ideas, trabajos grupales, sociodramas y otros. Nuestro hallazgo
empírico revela que la recopilación de la experiencia se inicia ganando la confianza del
participante y despertando su interés, para que ellos puedan expresar todas sus ideas, sobre
todo las mujeres. Se reciben sus opiniones mediante lluvias de ideas y consultando ¿cómo lo
hace? ¿Cuándo lo hace? ¿Qué herramientas utiliza? Se hace participar a todos, sentados en
una media luna, y si no saben escribir se les pregunta y el facilitador apunta en una cartulina
lo que ellos expresan.

A partir de esto, se reflexiona acerca de las preguntas orientadoras en las que se identifican los
saberes previos respecto al tema que se tratará en la sesión de aprendizaje, esto coincide con
lo referido por Ford (1985), cuando afirma que en todo proceso de enseñanza- aprendizaje, las
preguntas son muy importantes, sobre todo cuando son abiertas y despiertan el razonamiento
de los participantes, es decir cuando son desafiantes y provocativas.

Las preguntas, por ser abiertas, estimulan el aprender: ¿cómo?, ¿qué?, ¿cuándo?, ¿por qué? y
nunca cerradas (si o no) porque ello evitará que los participantes expresen sus ideas.
Concordando con Zavala (2000) a las personas les agrada que valoren sus aportes,
consecuentemente prestará más atención a los nuevos conocimientos, debido a que está
interesado en saber algo más de la primera referencia que tiene por concebida. De esta
manera, se contribuye con que los adultos puedan compartir sus experiencias en base al


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cultivo o crianza; muchos de ellos tienen experiencias de éxito interesantes con incrementos
de productividad notables que puede motivar a otros productores a innovar en sus parcelas.

Con relación a las características de la aplicación de la escuela de campo referida a la
reflexión de la experiencia, el análisis documental muestra que
esta es una de las fases que
muchas veces se pierde en el proceso, pero que es de vital importancia, pues no solo se debe
valorar y registrar la experiencia del agricultor, sino que el facilitador conjuntamente con los
participantes debe analizar y ordenar las ideas aportadas, con la finalidad de determinar si
existen vacíos en esta gama de conocimientos y definir las necesidades de información
adicional que les permita tener un mayor y mejor conocimiento del tema, pero siempre sobre
la base de su propia experiencia.

Es decir, construir un nuevo conocimiento sobre una base sólida, la base de la experiencia. La
evidencia empírica analizada muestra que en el proceso las ideas están plasmadas en un
papelote escritas y/o con dibujos. De esta manera, se obtienen palabras clave y se va
obteniendo un concepto unificado. Cuando se obtienen estas ideas, se menciona, por ejemplo:
el participante fulano dijo tal idea, esto motiva y revaloriza la importancia de que los
estudiantes siempre participen en cada sesión; así se van sintiendo parte del grupo y de la
capacitación.

Esto lleva a pensar que este proceso contribuye a identificar la ausencia de conocimientos y
así definir las necesidades de información adicional que los agricultores necesitan para
conocer en su magnitud el tema que se está abordando, pero siempre sobre la base de su
propia experiencia. Asimismo, permite que todos los participantes observen sus ideas
plasmadas en un papelote. Concordando con Frijda (1993) la valoración del estudiante dentro
del aula de aprendizaje, es considerada como la clave para el manejo de las emociones, por lo
tanto, este proceso contribuye a la autoestima de los y las participantes. Realizando este
momento de forma correcta sesión tras sesión, el participante se sentirá motivado a asistir,
compartir ideas y, por ende, generará cambios corporales y emocionales que lo harán crecer
como una persona que puede aportar ideas porque son estas siempre serán valoradas.

La conceptualización es el otro momento del ciclo de aprendizaje. La revisión documental
muestra que el facilitador, procede a compartir información sobre el tema, en esta fase se
debería llegar a conclusiones más claras sobre el asunto tratado; se refuerza la clase mediante


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diferentes técnicas como pequeños experimentos, visualización de contenidos, videos, entre
otros.

Uno de los hallazgos muestra que el docente elige ideas claves en los primeros momentos del
proceso para luego construir un nuevo concepto (esto generalmente se presenta en papelotes y
bajo la forma de imágenes). La discusión que se genera aquí. lleva a asumir que este momento
se constituye en lo medular del ciclo de aprendizaje de las Escuelas de Campo; aunque el
docente- facilitador aplique bien la metodología, sus conocimientos disciplinares escasos o
nulos o equivocados, podría provocar la construcción de saberes erróneos, más aún en un
grupo de personas que necesita tener el conocimiento teórico claro para que así pueda
aplicarlo en sus cultivos y crianzas, la que representa una actividad económica de la cual
depende para cubrir sus necesidades básicas. Ser un profesional de la enseñanza, indica
García (2008), no hace de forma automática a un buen docente, están de por medio otras
cualidades tanto personales como metodológicas.

El desarrollo sostenible implica que se generen conocimientos válidos en las personas, debido
a que el conocimiento es la única fuente de poder que tiene un sujeto, sobretodo del ámbito
rural, donde la mayoría están en una situación de vulnerabilidad, sea social, económico o
productivo.

La aplicación de los nuevos conocimientos como ciclo de aprendizaje, a partir de los
documentos analizados, nos proponen que en esta fase el facilitador desarrolla el proceso
mediante el cual los participantes buscan la aplicación y utilidad de lo aprendido con el fin de
conocer, resolver situaciones o problemas nuevos, que a la vez les da nuevas experiencias a
los participantes, reiniciando un nuevo ciclo de aprendizaje, pues este proceso es cíclico,
nunca termina. El facilitador motiva a los participantes para que realicen la práctica del nuevo
conocimiento.

El trabajo de campo empírico y hallazgos nos revela que la práctica se realiza en la parcela de
aprendizaje, donde se va demostrando los avances de los conocimientos. Nunca se hace en el
aula. La parcela de aprendizaje se elige en la primera reunión, cuando se elabora
participativamente el currículo. Por lo tanto, la parcela de aprendizaje es la misma durante
toda la Escuela de Campo. Tiene que ser la parcela de un participante que se lleva bien con
todo el grupo.


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La discusión a las que nos llevan estas evidencias muestra que es la parcela o la finca la que
se convierte en el escenario del aprendizaje. En este sentido, se debe tener en cuenta lo que
mencionan Lledó y Cano (1987) cuando dicen que todo el grupo conformado por facilitadores
y docentes, deben conocer los objetivos de la escuela, asimismo deben sentirse unidos, con
buen estado de ánimo, con expectativas e intereses similares. Los docentes y los participantes
entrevistados manifiestan que para este momento se forman grupos de trabajo y se asignan las
tareas, aplicándose el aprendizaje cooperativo. Rué (1991) menciona que el aprendizaje
cooperativo es cuando se organiza un trabajo en pequeños grupos, de composición
heterogénea, que permite que los estudiantes trabajen coordinadamente entre ellos, a fin de
que resuelvan tareas académicas y profundicen sus conocimientos.

De todo el proceso de aprendizaje realizado, se espera que esta sea la mejor contribución de
los profesionales dedicados a ser facilitadores de las Escuelas de Campo, debido a que esta
parte final es la que el agricultor se lleva a su parcela y en donde los conocimientos captados
pueda aplicarlos, para que redunden en la mejora de la productividad, buenas prácticas
agrícolas, buenas prácticas ambientales, obtener cosechas de calidad para mercados orgánicos,
que le permitirán obtener una mejor valoración por sus productos y por lo tanto una mejora de
su calidad de vida.

CONCLUSIONES


El ciclo de aprendizaje de la Escuela de Campo se inicia con la recopilación de la experiencia,
donde los docentes formulan preguntas orientadoras que permiten rescatar los conocimientos
que los participantes tienen mediante la recepción de las ideas. En ese sentido, existe una
valoración de las ideas de los agricultores; el ciclo continúa con la reflexión de la experiencia.
Este momento se relaciona con la valoración de las ideas de los participantes, sepan o no
sepan leer y escribir o sin importar su condición económica, social o de raza o cualquier otra
característica.

Los participantes observan que su conocimiento previo basado en su propia experiencia está
siendo tomado en cuenta por el docente (supuestamente persona que sabe más o maneja mejor
el tema con respecto a ellos). Se continúa con el proceso de la conceptualización, donde el
docente- facilitador de las Escuelas de Campo en algunos casos destaca en aspectos tanto
cognoscitivos, aptitudinales y actitudinales. Por lo tanto, genera nuevos conocimientos en los
estudiantes para mejorar la productividad en sus cultivos, lo que representa su principal



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Revista Varela, ISSN: 1810-3413 RNPS: 2038

Vol. (20), No. (56), art (10), pp. (277-289), mayo-agosto, 2020
Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas,

Carretera a Camajuaní km 5,5. Santa Clara, Villa Clara, Cuba. CP 54830
http://revistavarela.uclv.edu.cu, revistavarela@uclv.cu


actividad sustentadora para cubrir sus necesidades básicas y por ende permitiéndole ingresar a
una mejora de su economía. Finalmente, la aplicación de lo aprendido revela que los docentes
y los participantes forman grupos de trabajo y se asignan las tareas, aplicándose el aprendizaje
cooperativo.

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Recibido: 20 de octubre de 2019

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