Revista Varela, 21 (58), 1-9 | ene-abr 2021 | ISSN: 1810-3413 | Universidad Central “Marta Abreu ” de Las Villas, Cuba
E. Álvarez, y E. Asencio | La investigación en proyectos: alternativa de metodología para solucionar problemas en escenarios
sociales.
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2017) ; dichas actividades están encaminadas a ordenar, disponer y organizar los recursos y las necesidades para lograr el éxito en su ejecución (TECSUP, 2015) .
La gestión de proyectos es una disciplina que sirve para guiar e integrar los procesos necesarios para iniciar, planificar, ejecutar, controlar y culminar todo el trabajo requerido para desarrollar dicho proyecto y cumplir con el alcance estipulado dentro de los límites de tiempo y presupuesto definidos. Al respecto, Grande et al. (2004) , destacan la importancia del empleo de una combinación de herramientas y técnicas derivadas de buenas prácticas y estándares internacionales para asegurar el logro de los objetivos del proyecto dentro del tiempo establecido de acuerdo al cronograma.
Los proyectos se llevan a cabo en todos los niveles de una organización. Un proyecto puede involucrar a una única persona o a un grupo, así como implicar a una única unidad de la organización o a múltiples unidades de múltiples organizaciones. En el contexto organizacional los proyectos responden a los objetivos estratégicos, en forma de iniciativas priorizadas.
Entre los aspectos fundamentales que caracterizan a los proyectos ( PMI, 2013 , 2017 , 2020 ; TECSUP, 2015 ) se destacan que: se enfocan a uno o varios objetivos, incluyen actividades planificadas, ejecutadas y supervisadas (con cierto grado de incertidumbre), tienen disponibilidad limitada de recursos y tiempo y aportan resultados entregables para un cliente, entre otros.
Con relación a los tipos de proyectos, existes diferentes clasificaciones que asumen diversos criterios. Así, atendiendo a la naturaleza del producto o resultado del proyecto, estos se pueden clasificar en: productos tangibles (donde se genera un artefacto físico) e intangibles (donde se genera un producto intelectual), mientras que, según la naturaleza del trabajo implicado, se reconocen proyectos de trabajo manual, en los que predomina la repetición y los de trabajo intelectual, que requieren de gran esfuerzo creativo en la fase de implementación y producto final.
Otras formas de clasificar los proyectos se enfocan en: los objetivos del proyecto y su campo de aplicación (de ingeniería, industriales), su origen (derivados de la planificación económica o por la demanda de mercado), el origen de los fondos y destino de los beneficios (de inversión privada o públicos/sociales), los objetivos perseguidos (estratégicos o de mejora, mantenimiento y soporte), entre otras. Por su parte, Arias et al. (2009) , tomando como base la situación a resolver, propone aquellos dirigidos a la investigación, al desarrollo social, tecnológico o administrativo y los de inversión física, estos últimos conducentes a desarrollar, ampliar, mejorar o modificar sustancialmente edificaciones, infraestructura, instalaciones o equipos.
Desde una mirada más general, se asocian al concepto de gestión de proyectos la gestión de programas y portafolio, donde el término programa se refiere a un grupo de proyectos relacionados y cuya gestión se realiza de manera coordinada para lograr beneficios y control que de manera individual no se lograrían. Por su parte, un portafolio de proyectos puede incluir proyectos, programas y otros trabajos agrupados en una gestión coordinada para lograr objetivos estratégicos de la organización.
L A GESTIÓN DE PROYECTOS DESDE SUS PROCESOS
Las actividades de gestión abarcan todos los ámbitos del proyecto, desde las actuaciones técnicas, administrativas, comerciales, contables, financieras, entre otras. En particular, la gestión de un proyecto completo puede dividirse en la gestión de sub-áreas (TECSUP, 2015) en términos de: alcance, contenido, técnica, recursos humanos y temporales, costes, calidad, comunicación y otros.
En proyectos simples, o de pequeño tamaño, a menudo la gestión se realiza como un todo, sin diferenciar entre las áreas anteriores. Por el contrario, en los proyectos de gran tamaño, o donde la complejidad y diversidad así lo recomiendan, es frecuente organizar los mismos con un director de proyecto, del que dependen diferentes responsables de gestión de actividades, costes, compras, entre otros, y donde el liderazgo juega un papel primordial.
Entre los niveles en la gestión del proyecto, TECSUP (2015) destaca tres: operativo, administrativo y estratégico. La gestión operativa tiene un alcance temporal a corto plazo y se relaciona con el ámbito práctico del proyecto, mientras que la gestión táctica (o administrativa), involucra los actos o decisiones de trascendencia a corto y mediano plazo, que afectan a la planificación, por lo que le compete al director de proyecto o al personal designado. Por su parte, la gestión estratégica se caracteriza por su complejidad y